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«La fotografía camina hacia donde caminó siempre, hacia la observación, el descubrimiento y la comprensión del mundo, hacia el encuentro con el otro, la compasión y la empatía, hacia la luz y la belleza…» (Jesús G. Pastor)
Porque, como confesara El Principito, no se debe nunca escuchar a las flores; sólo se les debe contemplar y oler («Il ne faut jamais écouter les fleurs. Il faut les regarder et les respirer»)
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La relación entre un padre creativo y su hija vuelta musa da resultados asombrosos. La mayoría de los niños disfrutan jugando a disfrazarse, pero la hija de Bill Gekas llegó a un nivel mucho más alto.
Bill Gekas, fotógrafo nacido en Melbourne, autodidacta, decidió que su hija sería el punto focal de su trabajo, así que comenzó a desarrollar una serie de imágenes inspiradas en el amor de viejos maestros como Vermeer, Rafael y Rembrandt.
Recreó cuidadosamente algunas de las obras más reconocidas, emulando las técnicas de iluminación, paletas de colores, y los trajes de la época. Las fotos son increíbles… y los ojos de la pequeña se ganaron el corazón de los medios.
Estamos acostumbrados a disfrutar del arte de la fotografía. Pero no de esta guisa. Disfruta de la página web de Bill Gekas.