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La Sra. Donovan caminaba por la calle O’Connell de Dublin cuando se cruzó con el padre Rafferty. El padre le dijo:
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– Muy buenos días, ¿no es usted la Sra. Donovan a quien casé hace dos años?
– Efectivamente padre, soy yo.
– ¿Y no han tenido niños aún?
– No padre, aún no.
– Bueno, la semana próxima viajo a Roma, así que, si quiere, encenderé una vela por usted y su esposo.
– ¡Oh padre, muchas gracias, le estaremos muy agradecidos!
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Y ambos siguieron su camino. Años más tarde se encontraron nuevamente. El sacerdote preguntó:
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– Sra. Donovan, ¿como se encuentra usted ahora?
– Muy bien, padre…
– Y dígame, ¿han tenido niños ya?
– ¡¡Oh si, padre, 3 pares de mellizos y 4 criaturas más!!. 10 en total !!!
– ¡Bendito sea el Señor!. ¡Qué maravilla! ¿Y dónde está su amante esposo?
– Camino de Roma, a ver si puede apagar la maldita vela.