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La figura más señera de la monarquía inglesa es la Reina Victoria (la fecha de su largo reinado, por su importancia, conviene retenerla: 1837-1901), a cuyo alrededor se agolpan «los jorges» y sus «adláteres» (no se trata de menospreciar a estos otros reyes sino de facilitar la retención «musical» de sus nombres mediante asociación -a la de los «jorges»-).
Durante esta etapa Inglaterra (y con ella sus adláteres, Escocia e Irlanda) despega a nivel internacional. Le dará tiempo a todo:
Durante esta etapa Inglaterra (y sus adláteres, Escocia e Irlanda) despega a nivel internacional. Le da tiempo a todo:
- A ascender (la fecha clave es el Tratado de Utrecht -1713-, en el que España pierde Gibraltar y también Menorca, firmado poco antes de la entronización de Jorge I -un alemán perteneciente a la casa de Hannover que nunca habló bien inglés-).
Claro que en esta vida raros son los caminos de rosas:
* El reinado de Jorge III tuvo sus más, uno a la entrada (la victoria en la Guerra de los Siete Años -1576/1763-) y otra a la salida (Batalla de Waterloo –1814– y el subsiguiente Congreso de Viena –1815-), y entremedio su menos (Independencia de EEUU, 4 Julio 1776).
* Lo importante es que, pese a la gran pérdida sufrida en América, Inglaterra no se desmoronó: Jorge III consiguió mantener el país más que a flote, dando paso a tiempos mejores que recomenzarían en 1815 -Congreso de Viena- y culminarían con el poderosísimo Imperio Británico de la época victoriana. Entre otras razones, porque la victoria de Clive en Plassey –1757– había abierto la India a la conquista británica, y ¡tanto había allí por explotar!
Plassey, Yorktown, Waterloo… Añádase por delante a España (Guerra de los Treinta Años -1618/1648-) y por detrás a Alemania (Primera y Segunda Guerra Mundial). ¡ La hasta hace bien poco hegemónica Europa ha malbaratado su fuerza en incesantes luchas fratricidas. En pos de la evanescente y siempre efímera hegemonía económica -y subsiguientemente política- de uno u otro territorio. Hermanos mal avenidos, de desmedida ambición, jugándose «el mundo» de la respectiva época en un cruento «risk»… Y mientras tanto, otros nuevos poderes emergentes preparaban su entrada en escena. Me pregunto si alguna vez Europa será capaz de pensar «a lo grande», como en su día lo hiciera el tan denostado Carlos I de España y V de Alemania, quien concebía su Imperio como un agregado horizontal -no vertical- de territorios y su función como la de un «primum inter pares», en el que cada cual habría de aportar su especial valía y capacidad en provecho común. Adelantándonos a lo que ha de venir, los Estados, en Europa, ¿no deberían pasar a constituir unos Estados Unidos de Europa, esto es, no deberían acaso los tradicionales estados soberanos verse relegados a un poder de segundo orden?
- A alcanzar la cima (con la reina Victoria).
- Y por último, en dos tiempos (Gran Guerra -1914/1919- y II Guerra Mundial -1939/1945-), a decaer.
La nota frívola de este periodo la proporciona Eduardo VIII, quien prefirió abdicar en 1936, fecha de comienzo de nuestra Guerra Civil -su reinado no llegó a alcanzar un año- a renunciar al amor de su querida -plebeya, divorciada y americana, ¡menuda carta de presentación!- señorita Simpson.
25 de Agosto de 2009
- Eduardo VII rey del Reino Unido y sus Dominios de Ultramar, Emperador de la India, estaba enfermo de bronquitis. El 6 de mayo de 1910 al mediodía se fumó un puro y sufrió un infarto, murió a las 23:45 en el Palacio de Buckingham.
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Su cortejo fúnebre fue la mayor concentración de monarcas europeos de la historia. Al funeral asistieron 9 reyes y una lista casi interminable de personalidades de todo el mundo.
La histórica fotografía muestra la reunión de los nueve reyes en el Palacio de Buckingham para el funeral del rey británico. De izquierda a derecha, de pie están: Haakon VII de Noruega (Primer monarca reelegido democraticamente), Fernando I de Bulgaria (Bisexual reconocido) Manuel II de Portugal (apodado el Patriota o el rey perdido, su reinado duro solo 2 años), Guillermo II de Alemania (último emperador alemán, de personalidad megalómana), Jorge I de Grecia (príncipe danés y Rey de los Helenos, asesinado en la ciudad de Salónica) y Alberto I de Bélgica (Resistió al avance alemán, murio por las heridas causadas en una caída mientras escalaba). Sentados en la primera fila aparecen: Alfonso XIII de España (gran aficionado al cine pornográfico), Jorge V (de extraordinario parecido con su primo Nicolás II de Rusia, con quien intercambiaba papeles cuando éste le visitaba en Inglaterra) hijo y sucesor del difunto y Federico VIII de Dinamarca.
El funeral se celebro dos semanas después del fallecimiento, el 20 de mayo 1910. Ese día enormes multitudes acudieron al paso de la comitiva desde el Palacio de Buckingham al Salón Westminster.
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| Los 9 monarcas acompañan el cortejo fúnebre a caballo |
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Eduardo VII era conocido como el «tío de Europa», por estar emparentado con prácticamente todos los monarcas europeos. Por ejemplo el emperador alemán Guillermo II de Alemania, el zar Nicolás II de Rusia, el rey Alfonso XIII de España y Carlos Eduardo, Duque de Sajonia-Coburgo-Gotha, eran sobrinos de Eduardo.
El entierro fue el inicio del fin de muchas monarquías. El asesinato cuatro años después, del también asistente al funeral, el Archiduque de Austria, Francisco Fernando, origino la primera Gran Guerra derrumbando muchas dinastías reales de Europa. Manuel II de Portugal meses después de esa foto, el 5 de octubre de 1910 debido a una revolución en su país, tuvo que huir a Gibraltar con toda la familia real.
Alfonso XIII, Guillermo II y Fernando I también perderían sus tronos años después de aquella fotografía.
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Fuente: elzo-meridianos.blogspot.com.es
