Hay vínculos, no sabe uno muy bien por qué, que el tiempo no borra, aun en la distancia y falta de comunicación; personas que, según el caso, siempre recordarás con cariño, respeto y/o admiración.

No conozco a este señor, pero me ha hecho recordar a otro oficial de «otro avilés» cualquiera, con quien tanto aprendí y confié. Gracias a esas personas honradas y cabales que tanto y  a tantos sirvieron. Enhorabuena, ¡ trabajo bien hecho !  

  • Wenceslao Hernández se jubila hoy tras más de media vida trabajando en un sector que ahora atraviesa sus horas más bajas

C.R. | 3 junio 2016, Avilés
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Wenceslao Hernández, ayer, en su despacho de la notaría de La Cámara. / PATRICIA BREGÓN
Wenceslao Hernández, ayer, en su despacho de la notaría de La Cámara. / PATRICIA BREGÓN

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Wenceslao Hernández entró a trabajar con doce años como oficial de notaría y se jubila hoy a los 65 satisfecho, pero «cansado», cincuenta y tres años después de «haber llegado con pantalón corto y con mocos» a un trabajo que se ha ligado a su vida. En las últimas semanas se ha afanado en ‘limpiar’ un despacho que pasará a ocupar una compañera y que aún así está lleno de columnas de papeles y documentación que no volverá a ocupar ni un minuto más del tiempo de Hernández, un salmantino que llegó a Avilés con seis años.

En este más de medio siglo trabajando como oficial, ha estado en cuatro notarías, con diferentes jefes. Primero, cuando eran solo dos notarios en Avilés, en la calle de San Bernardo que él todavía llama ‘Martínez Anido’. Después, en La Libertad, en Emile Robín y ahora en La Cámara, 35, en la que lleva desde 1991.

Trabajo nunca le ha faltado por experiencia y porque el paso por notaría sigue siendo imprescindible para un buen número de trámites en la vida cotidiana. Claro que en todo este tiempo, el sector ha conocido mejores y peores momentos. Y ahora, precisamente, está en horas bajas, más aún que durante la primera crisis que recuerda Hernández, aparejada a los problemas de Ensidesa.

Se va «cansado», pero «satisfecho» con un trabajo que le gusta y que nunca ha querido cambiar

No es, en cualquier caso, lo que le anima a jubilarse. Wenceslao Hernández, ‘Wences’ para los amigos, cree que han sido ya muchos años de dedicación laboral. «No se me ha hecho largo porque siempre he estado a gusto haciendo esto» pero ahora solo anhela tener tiempo para dedicárselo a la familia y cuidar a sus dos nietos, uno de ellos todavía en camino.

Tuvo opción de dedicarse a otra cosa y ganar más en la época en la que en Avilés bullía el trabajo industrial especializado, pero lo descartó. Se sacó el Bachiller Superior por la noche mientras por la mañana trabajaba y lo intentó después con la carrera de Derecho pero «llegaba muy cansado», después de muchas horas en el despacho y finalmente lo descartó. Al final no ha necesitado una licenciatura para sentirse valorado y respetado en un trabajo que, asegura, siempre le ha gustado y en el que ha realizado todo tipo de trámites, sobre todo gestión de hipotecas con bancos, declaraciones de obras, poderes de todo tipo, testamentos, planos y herencias.

Hoy, en su último día en la notaría, Wenceslao Hernández combinará trabajo y celebración. La ansiada jubilación llega y lo hace, además, tras una larga trayectoria profesional en la que ha dejado marca de su buen hacer.

El lunes Wenceslao Hernández ya no desayunará un café y un pincho en el Eva ni tomará el aperitivo en el Suárez, o viceversa. No descarta ‘caer’ de vez en cuando por la zona, pero su nueva vida sufrirá un cambio radical. «Lo voy a echar de menos», concede pero propuestas de ocio y obligaciones familiares no le van a faltar para llenar su día.
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Fuente: elcomercio.es

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