A sus 25 años y en el primer intento, se ha convertido en una de las caras más jóvenes del notariado en España

Ana Botía, la notaria más joven de la Región. / JAVI CARRIÓN / AGM

24 marzo 2018

La juventud es noticia en pocas ocasiones. No porque no lo merezca, sino porque rara vez se vuelve, a base de constancia y esfuerzo, en un referente. Así ha pasado con Ana Botía González, la murciana que ha batido récords y ya es la notaria más joven de la Región a sus 25 primaveras y una de las más jóvenes de España. A pesar de ser admirable, su logro no sorprende a su entorno más cercano, pues su trayectoria como estudiante ya vaticinaba el éxito de Ana: alumna ejemplar, pasó de las ciencias más puras en Bachillerato a las letras más intensas en la Universidad de Murcia, donde recibió el Premio Extraordinario en el Grado en Derecho. Tras tres años de estudio sin descanso, la joven murciana ha conseguido ser la número 30 para el total de 85 plazas convocadas.

¿Qué se siente al saber que es la persona más joven de la Región que ha aprobado esta oposición?

-No lo sé… ¡Nada! [ríe]. La verdad es que es algo en lo que no pienso mucho. Hay gente menor que yo, de otras comunidades, que la ha aprobado también. Quiero decir, no es algo que sea imposible. Estoy muy contenta porque lo he conseguido y, bueno, el tema de la edad es relativo, al final todos llegamos al mismo sitio, que es lo que importa. Más que alegría, lo que sí siento es mucha gratitud hacia mi familia y hacia mis preparadores, Carmen Rodríguez, Miguel Ángel Cuevas, Luis Barnés y Antonio Botía, mi padre. Me siento muy agradecida.

El mayor miedo: «El tribunal y pensar que puedes tener mala suerte, pero es algo contra lo que tienes que luchar»

Su secreto «Ser constante, hacer mucho caso al preparador, no pensar a largo plazo y creer que puedes lograrlo»

Lo peor: «El último año que te convocan para examen, sobre todo cuando ya solo te queda uno que aprobar»

La figura de su padre habrá sido clave para usted…

-Él es mi referente, por supuesto, y para mí es un orgullo que haya podido prepararme él la parte práctica del examen. Además es gracioso, porque él decía que conmigo lo ha pasado él peor que yo [ríe]. Cuando le dije que había aprobado, se alegró incluso más que cuando él lo consiguió. Para mí es muy bonito poder compartir este logro con él, verlo orgulloso es un placer muy grande.

¿Qué ha sido lo peor de todo el proceso?

-Se pasa muy mal, sobre todo el año que te convocan para examen. Para mí uno de los peores momentos fue llegar al último examen, cuando ya sabes que has aprobado todo y solo te queda uno. Fuera de eso, lo más difícil es el tiempo que pasas tú sola delante de los folios, porque realmente es un ejercicio que haces contigo misma y tienes que renunciar a muchas cosas. Pero bueno, yo ahora mismo sigo en una nube y solo puedo recordar lo bonito, hasta me parece una experiencia maravillosa aprobar.

Lo ha logrado en tres años, cuando la media es el doble, ¿cuál es el secreto?

-Hay que ser muy constante y hacer caso a los preparadores en todo lo que te digan. Y sobre todo no pensar a largo plazo, sino ponerte objetivos. Es muy importante tener fuerza de voluntad y trabajar también el reto psicológico: tienes que creer que tú puedes conseguirlo.

¿Imaginaba que iba a aprobar en el primer intento?

-Era mi idea, sí. Además, mi preparadora me lo dejaba muy claro. Siempre me decía que no tenía motivos para estar nerviosa porque me pidieran el tema que me pidieran, lo iba a cantar porque me lo sabía. Y así fue. No puedes ir pensando que vas a fracasar, hay que ir a por el objetivo, y si no lo consigues, pues no pasa nada. Pero hay que ir a por él.

¿Cuál fue su mayor miedo?

-Siempre tienes miedo a tener mala suerte, pero es un pensamiento contra el que tienes que luchar. El tribunal es algo que impone mucho. Pero por mi experiencia puedo afirmar que en los tribunales hay profesionales magníficos y personas encantadoras. En realidad están deseando escucharte, te comprenden, porque han pasado por lo mismo que tú e intentan ayudarte. La clave es desdramatizar un poco todo.

¿Por qué quiso ser notaria?

-Porque es un trabajo precioso por el servicio que se presta. El notario es el que está ahí en el matrimonio, el divorcio, el testamento, las herencias, constituir una empresa… Son momentos muy delicados en los que tú estás ahí para asesorar de forma imparcial, para adaptar el derecho como se necesita en cada caso personal. Y eso es muy bonito. Por eso me ha dado siempre mucha rabia que se diga que los notarios solo firman. Detrás de eso hay mucho trabajo y, al final, la firma es lo más liviano.

Fuente: laverdad.es

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