-
Aroa Romero y Guadalupe Molina, del I.E.S. Sáenz de Buruaga, pasan una mañana en notaría para conocer su trabajo
-
M. ÁNGELES MORCILLO
- MÉRIDA
Aroa Romero y Guadalupe Molina, del I.E.S Sáenz de Buruaga, quizás tengan ahora más claro qué van a estudiar en un futuro o a qué profesión se van a dedicar después de pasar una mañana entera con uno de los notarios de Mérida. De hecho, ellas tienen claro que van a tirar por la rama del Derecho, el primer paso que hay que dar por si algún día quieren llegar a ser como Francisco Javier Hernández, uno de los fedatarios públicos de la ciudad. De todas formas, si luego quieren ejercer la abogacía por libre, también tendrán algunas nociones de qué relación van a tener con esta figura. Concretamente, Mérida cuenta en la actualidad con cinco notarios.
Aroa y Guadalupe han podido conocer personalmente a Francisco y todo lo que hace en su despacho gracias a una iniciativa del Consejo General del Notariado. ‘Notario por un día’, como se llama la actividad, ha seleccionado alumnos de 1º y 2º de Bachiller para que durante una jornada laboral acompañen a un notario en su quehacer diario.
El objetivo es que los jóvenes conozcan de cerca sus funciones y los servicios que presta a la sociedad, cómo se trabaja en una notaría, el papel de las nuevas tecnologías o la relación con las personas que acuden a ella.
«No somos distantes»
«Creemos que la gente conoce la labor que desempeñamos, pero queremos mostrarles que no somos personas distantes, que somos muy próximos y cómo es el trato que tenemos con el público», afirma Francisco. Añade que a una notaría se va a prevenir los problemas y recalca la importancia que tiene la seguridad jurídica y la prevención.
Durante la sesión, de varias horas de duración, las dos estudiantes pudieron aprender que un notario, además de echar cientos de firmas al día, algo indispensable en su trabajo, también elaboran diversos tipos de documentos como escrituras de inmuebles, actas, testimonios, pólizas… Hernández enseñó a las alumnas por qué la gente acude a un notario y qué ventajas tiene.
Añade que animaría a los jóvenes a prepararse para ser notario, y cuando se le pregunta si prepararse las oposiciones es tan duro como dicen, contesta que sí, que efectivamente «la preparación es muy dura, aunque luego es un trabajo muy divertido, sobre todo si te gusta el contacto con la gente, por lo que hay que tener un poquito del don de gentes», asegura.
Insiste en que aún siendo el notario funcionario público, porque tiene ese estatus, la relación con los ciudadanos es diferente a la que pueda tener cualquier otro funcionario. «Creo que marcamos menos las distancias. Esto es una profesión libre y no vivimos de los presupuestos del Estado, sino del arancel que cobramos a los clientes, por lo que estamos en un régimen de libre competencia», señala.
Los notarios tienen una doble función conservadora y certificante, y también expiden copias de documentos, que quedan archivados en notaría por un plazo de 25 años, a no ser que el notario siguiera sirviendo la plaza, en cuyo caso estarían hasta que se jubile. «Si alguien quiere una copia se la expedimos. A partir del año 25 también se expiden, pero lo hace el archivero de notario que se ha encargado del archivo de distrito. También se guardan esos documentos, aunque no aquí, pero se guardan». remacha.
Fuente: hoy.es