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Hace sólo unos días fui al pueblo, de visita a mis tíos. Práctica a mi juicio muy recomendable, por doble motivo:
- Para escapar al siempre latente riesgo de proletarización espiritual a que toda ciudad -antes o después- arrastra.
- Para reafianzamiento de raíces. Ocurre que uno es lo que es, ni más ni menos que los demás, sino lo que es; en su contexto, con sus prójimos. De ahí que un servidor entienda, y al tiempo no termine de entender, los nacionalismos.
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En esta ocasión he descubierto en casa de mi abuela -paterna- un Niño Jesús «de Olot«:
- Ha estado siempre allí, pero nunca había reparado en él; acaso porque con frecuencia, me dice mi tía Pilar, lo llevan a la Iglesia, para besapié. Es el que aparece en la foto.
- Se lo regaló mi padre, hace ahora aproximadamente setenta años, con su primer sueldo (15 pesetas) a su madre. Como la pieza valía 18 pesetas, dejó a deber tres (ya apuntaba maneras); su madre, viendo el percal, decidió poner de su bolsillo las tres pesetas restantes y zanjar el asunto. Así era mi padre: todo a lo grande… y siempre dando una mijitilla qué hacé ! (enredando a todos con sus invenciones).
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La Navidad y Fin de Año son fiestas en las que nos invaden los recuerdos de los que ya no están. Todos ellos, pese a -o mejor, «con»– sus defectos, muy queridos. Supongo que la distancia, y aún más el amor desnudo -de toda contaminación mundana-, te lleva a ponderarlos de distinta guisa ¡ Cuestión de enfoque, perspectiva !
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Por lo demás, somos normalmente los que vamos teniendo cierta edad los más afectados por tales recuerdos. Porque vamos notando carencias… afectivas:
- A mi padre lo recuerdo como el «mejor«, único en su género. La experiencia y sentido común me indican que con toda probabilidad ando equivocado. Y sin embargo, insisto, así lo siento. Me pregunto, ¿sólo a mi me ocurre algo así? Supongo que es bueno, y desde luego gratificante, tener lo propio en tan alta estima. Con eso basta. Ir más allá, en mi caso como en el de cualquier otro, se me antoja disparate, chalaura.
- De mis cuatro tíos, hermanos de mi padre, me siento asimismo muy orgulloso. Sus desacuerdos han quedado siempre puertas adentro. Nunca les he visto discutir: ni un gesto, palabra o pensamiento de malquerencia. Los primos somos ya harina de otro costal: mantenemos la forma, pero unidos, lo que se dice unidos… ¡ lástima !
Tengo para mí que a cada cual, pese a sus múltiples faltas, algo distinto ha de servirle a encontrar gracia ante el Altísimo (ya, ya… suponiendo que exista): a uno su buen comportamiento y atención con los padres, a otro el amor a sus hijos, a un tercero su humildad, a aquel su generosidad, a este otro su paciencia y temple frente a la adversidad… Tratándose de mis tíos, ¿su magnífico ejemplo de unión? Por enésima vez: no es que ellos, ni naide, sea más o mejor que otros( más aquí)… Otra vez cuestión de enfoque, de justificación frente a justicia -mérito propio-.
- De mi sufrida madre, tan capaz como para conseguir pasar a todos desapercibida, de mi bolillera y bolichera abuela María, quien desatendiendo toda prudencia dio cobijo durante la contienda a los unos y alimento finalizada ésta a los otros, los maquis (y eso que su querido hermano Pepe, de 24 años, recien ordenado sacerdote, fue ejecutado en el 36 por quintacolumnista), de sus semisantos hermanos (el uno con papeles, el otro desacreditado), de Marre y de tantos otros, quizás otro día escribiré. O mejor, como aconseja siempre mi tía Santi, callaré… que hay cuestiones que sólo a nosotros y al cielo atañen.
Paz y bien. A todos. Y además, a los que como yo os sintáis cristianos, ¡ Feliz Natividad !
MEDITACIONES
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Oscar Prieto | 24 Dic 2015
“Apenas amanezca hazte en tu interior estas consideraciones”. Es noche cerrada cuando me levanto. Me gusta madrugar cuando nadie me lo impone, cuando es mi elección. Ni un ruido, ninguna distracción. Hasta los ratones duermen y las últimas moscas que insistían en vivir no superaron la semana pasada. Es el momento perfecto para releer estas meditaciones, antes del amanecer.
“Tropezaré con algún
Marco Aurelio, emperador de
Era el hombre más poderoso
Va saliendo el día, aunque la
Les deseo una feliz Navidad,
Salud
Fuente: blogs.culturamas.es