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Al parecer fue el escocés Cumming el primero en patentar (en 1775) un diseño de lo que hoy entendemos por inodoro, a saber, un aparato sanitario con cierre hidráulico, para evitar la salida de olores provenientes de los naturales alivios del bajo vientre (convendrá recordar que solo uno de los extremos del ser humano es capaz de recitar poesía; el otro no)… y al tiempo desembarazarse de la embarazosa «ley» de cortesía (así se refería a ella Erasmo de Rotterdam) de sustituir las flatulencias por toses.
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Alexander Cumming ideó un sifón en forma de S que todavía se sigue utilizando en la actualidad, con variantes en forma de U y J.
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Antes de la aparición de los inodoros, aparte los patios y corralas, sólo existían retretes (cuarto pequeño a tal fin) o WC (water closet, ‘armario o gabinete del agua’). Es el caso de este particular cuarto de baño ubicado en la balconada de una antigua casa de Pedro Bernardo (Ávila). La invención es bien sencilla: en el balcón preexistente se obra un cubículo del que arranca un bajante exterior. Así se ahorraban tener que ir al corral a hacer sus necesidades y en consecuencia pasar frío.
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🙂 PEDRO BERNARDO es un pequeño municipio de Avila que en 1679, por concesión de Carlos II alcanzó título de villa, logrando así independizarse administrativamente de la también villa de Mombeltrán.
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Ello explica la erección de un rollo -o picota-, pocos años después.
Al significado y distinción entre rollo y picota dedicamos en su día una entrada (ver aquí)
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🙄 Aun cuando no mucho tiene que ver con la curiosidad objeto de la presente entrada, destacaremos que en 1978 fue incoado a Pedro Bernardo expediente para una futura declaración de la localidad como conjunto histórico-artístico.
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Pese a las apariencias, tal incoación no se encontraba exenta de inconvenientes.
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Un artículo periodístico relata cómo en octubre de 2002 la Dirección General de Patrimonio y Promoción Cultural tuvo sobre la mesa los informes necesarios para desincoar el expediente que desde principios de los años 70 protegía el casco antiguo de Pedro Bernardo (ver aquí). Una medida que el propio consistorio propiciaba, tratando así de impulsar su desarrollo urbanístico. Era la primera vez que un Ayuntamiento de Ávila solicitaba perder su condición de conjunto histórico, pese a su reclamo turístico.
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Ignoramos los pormenores y desenlace. Al menos en 2010 dicho expediente se encontraba todavía sin resolver (ver aquí). Cfr. las Normas Subsidiarias publicitadas en la web municipal.
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La conservación del patrimonio artístico en pueblos con escaso desarrollo económico suele de hecho resultar inasumible para los propietarios «agraciados» con tal riqueza. Nadie parece encontrar solución eficaz al conflicto de intereses en juego, el público (la administración) y el de los particulares. Hasta el punto de que, a poco que se tense la relación, determinadas propiedades pueden llegar a convertirse en un auténtico lastre (más aquí).
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