El fedatario afirma que uno de los letrados intentó agredirle, extremo negado por estos

Sede del Colegio de Notarios de Balears en Palma. B. Ramon

26.01.2019

El Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) ha exculpado a un notario palmesano al que dos clientes, de profesión abogados, acusaron de insultarles y de vulnerar el código deontológico de la profesión. El Alto Tribunal ha confirmado el archivo del expediente disciplinario contra el fedatario público, que se abrió a instancias de los dos abogados.

Los hechos se remontan al 30 de noviembre de 2015 cuando los dos abogados, padre e hijo, acudieron a la notaría del denunciando para pedirle que les devolviera los papeles de un expediente de un tercer cliente.

 

Según la versión de los denunciantes, la visita obedeció a la tardanza injustificada en realizar la operación encargada y a su intención de acudir a otro fedatario.

Hacerle una faena

De acuerdo con los hechos dados por acreditados por el notario que instruyó el expediente disciplinario, en la notaría se inició una discusión entre los clientes y el fedatario. Este último llegó a decir a los abogados que le estaban haciendo una faena al llevarse la operación a otra notaría («li estaven fent una putada»). Según el padre y el hijo, el denunciado les acusó de carecer de ética y les brindó «insultos y menosprecios intolerables».
La historia de desencuentros tuvo un segundo episodio, ocurrido el 17 de mayo siguiente en el bufete de los denunciantes. Ese día se presentó en el despacho el notario para hacer un requerimiento a una sociedad de la que el abogado más joven era apoderado.

Aquí también se produjo un barullo cuyo alcance varía según las partes. Según el notario, uno de los abogados le acusó de ser «un sinvergüenza» y calificó de «vergüenza» el intento de practicar la notificación en la persona del hijo. Por el contrario, el notario aseguró que el hijo intentó pegarle y que la intervención del padre abortó la agresión, algo negado por los letrados.

Los abogados también acusaron al denunciado de excederse en la insistencia de que el hijo debía aceptar la notificación, algo rechazado por el denunciado.

El 18 de julio del 2016, los abogados denunciaron al notario ante el ministerio de Justicia y pidieron que se le declarase responsable «de infracciones disciplinarias muy graves con las sanciones que lleven aparejadas con arreglo a derecho». Los denunciantes también reclamaron que se rectificara un acta levantada por el notario tras el segundo incidente y que les perjudicaba.

Expresiones desafortunadas

El Colegio de Notarios de Balears, que ha sido parte codemandada en este proceso, abrió un expediente informativo al denunciado, pesquisas que llevó a cabo otro notario.

Este instructor interrogó a los protagonistas del enfrentamiento y a testigos oculares de los incidentes y analizó la documentación aportada por las partes.

La conclusión del notario es que el denunciado había vertido «expresiones inadecuadas», especialmente lo de que le estaban haciendo una faena. Esas palabras fueron «desafortunadas», pero en opinión del instructor no constituían una falta a los códigos deontológicos profesionales.

El notario también descartó que el denunciado hubiera incurrido en falta por un incumplimiento de los deberes profesionales, puesto que los reglamentos no obligan a los fedatarios a ser corteses con los clientes.

La Junta de Gobierno del Colegio Notarial ratificó el archivo del expediente, medida que confirmó el ministerio de Justicia. Los abogados recurrieron esa decisión y ahora el TSJB ha exculpado al notario denunciado.

 
 

 

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