Las notarías sevillanas han acogido casi el doble de divorcios que de bodas desde que hace un año entrara en vigor la Ley de Jurisdicción Voluntaria

D. J. G. | Actualizado 14.08.2016

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José Luis Lledó en su notaria sevillana, donde ha casado a 20 parejas en un año.

«Tuve que aconsejar que no se casaran en una caseta de Feria». Quien realiza esta afirmación es el notario José Luis Lledó, en cuyo despacho se han celebrado 20 bodas desde que hace un año entrara en vigor la Ley de Jurisdicción Voluntaria, que permite oficiar enlaces matrimoniales a los fedatarios. No han sido pocas las peticiones durante este tiempo para que dicha celebración se desarrolle en en lugares insólitos hasta ahora, como una caseta. También resulta insólita la indumentaria elegida en algunas ocasiones por los contrayentes: «No ha faltdado quien se ha presentado con pantalón corto y sandalias».

Desde que se aplica la mencionada ley, han pasado por las notarías españolas 2.300 parejas para casarse. Cifra que supone la mitad de las que lo han hecho para divorciarse: 4.600. En Andalucía y Sevilla la tónica se mantiene igual. En la comunidad autónoma los notarios han celebrado 461 enlaces matrimoniales, mientras que los divorcios han ascendido a 653. En la provincia sevillana dichas cifras son de 126 bodas y 210 divorcios.

Para la ruptura del matrimonio se deben cumplir varios preceptos. Por un lado, que hayan transcurrido tres meses del casamiento. Por otro, que exista común acuerdo entre ambos y que no haya hijos menores o, en caso de ser mayores, que no dependan económicamente de los progenitores.

En el caso de las bodas, el trabajo del notario comienza después de haberse tramitado el expediente matrimonial por el Registro Civil. En este sentido, cabe destacar que a partir del 30 de junio de 2017 los fedatarios se encargarán también de realizar este trámite.

Por la notaría sevillana que comparten José Luis Lledó y Manuel Seda han pasado durante este año parejas heterosexuales y homosexuales para darse el «sí, quiero». Durante la celebración del enlace se leen varios artículos del Código Civil y luego se procede a la aceptación del matrimonio por parte de los contrayentes. «La ceremonia básica es ésta, aunque luego se puede adornar con la lectura de poemas u otros escritos lilterarios. Algunos han escogido hasta textos religiosos», recuerda Lledó. Los novios deben contar con la presencia de dos testigos, que hacen las veces de los padrinos en las bodas religiosas. «Por norma general, suelen ser los padres», refiere el notario.

La edad de los contrayentes que han acudido a esta notaría es muy diversa. Desde jóvenes hasta personas de más avanzada edad. «Divorciados que vuelven a casarse», añade Lledó. El precio por casarse oscila entre los 150 y 200 euros. Dicho honorario incluye el documento sin cuantía (30 euros) más las copias y las diligencias. El arancel, por tanto, es similar a la tasa básica de 175 euros establecida por el Arzobispado para las bodas religiosas. El coste se encarece en caso de que el enlace se celebre fuera del horario de oficina o se elija un lugar distinto a la notaría, para lo que hay que pagar el desplazamiento.

El número máximo de invitados a un casamiento en esta notaría es de 15 personas. «Suelen venir los padres y hermanos de los contrayentes. Poco más», señala Lledó, quien añade que en algunas ocasiones los novios han optado por añadir el uso de los anillos y las arras simulando una boda religiosa. Como aliciente para contraer matrimonio en el despacho de estos notarios, se ofrece, tras el enlace, fotografiarse con la Giralda de fondo.

Fuente: diariodesevilla.es

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