CARMEN NEVOT
Logroño
Llevaba años conviviendo con su pareja y cuando falleció en el 2014, C.V., de 56 años, «guiada por el ánimo de obtener un ilícito beneficio económico a costa del patrimonio ajeno», relata el escrito de acusación de la Fiscalía, simuló que él seguía vivo. El objetivo de esta mujer, nacida en Rumanía, era poner a su nombre todos los bienes muebles, inmuebles y cuentas bancarias de su compañero sentimental.
Para ello, a mediados de agosto del 2014 la acusada, que será juzgada el próximo día 13 en la Audiencia Provincial, concertó los servicios de un notario de Logroño para que se acercara al domicilio propiedad del fallecido y en el que la pareja había vivido durante años con el pretexto de que quería otorgar testamento pero su enfermedad le impedía desplazarse hasta la notaría.
Una vez en la vivienda, el notario fue recibido por la acusada y un varón que se hizo pasar por el fallecido. Estaba postrado en la cama y llevaba una mascarilla que le tapaba la nariz y la boca. Tenía así un «parecido suficiente» como para que el notario no pudiera identificar a la pareja de la procesada.
«Mediante este ardid», señala el fiscal, «el impostor otorgó testamento en nombre del fallecido» y declaró heredera de todos sus bienes, acciones y derechos a C.V.. El 1 de septiembre del 2014 la acusada retiró la copia del testamento de la notaría, pero como no disponía de efectivo para hacer frente al impuesto de sucesiones, ofreció a los cinco hermanos del fallecido el conjunto de bienes de quien había sido su compañero a cambio de que cada uno le abonara 1.000 euros.
El patrimonio lo integraban un piso en Logroño, la mitad indivisa de una vivienda en Rabanera de Cameros, la mitad del salgo existente en la cuenta bancaria (unos 17.700 euros) y un vehículo marca y modelo Seat Ibiza.
Para el Ministerio fiscal los hechos constituyen un delito de falsedad en documento público y otro de estafa por los que reclama para la acusada una pena de cuatro años de cárcel y una multa de 3.600 euros.