Advertencia: Entrada de CONTENIDO RELIGIOSO
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Se trata de la película THE SHIFT -EL Cambio-. El protagonista es el Dr. Wayne W. Dyer, un reputado predicador de la autoayuda. Aunque no terminemos de compartir su mensaje (por cuanto nuestro «training» espiritual -«religio«- marcha por otra vía), nos sirve para la autocrítica: en la búsqueda de la espiritualidad parecen ganar tirón entre nosotros corrientes «esotéricas», nada autóctonas, ¿acaso por nuestra escasa ejemplaridad y compromiso?
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«Gracias, Gracias, Gracias…» ¿Por qué será que sólo personas agradecidas lo consiguen?
A la mayoría de nosotros no nos ha sido dado escribir cosas bellas. Sí, en cambio, apreciarlas y disfrutarlas… ¡ Y gozar comunicándolas !
«Gracias, Te Quiero y Perdón«… Las tres palabras mágicas para vivir en paz, para morir en paz: aparecen en todas las conversaciones grabadas de personas que murieron en el 11-S.
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Dinero, aventura, éxito, placer, respeto… Familia, independencia, profesión, aceptación social, atractivo… A tí, ¿qué te mueve? ¿ Dharma, entusiasmo (del gr. ἐνθουσιασμός, inspiración divina), islam (rendición)… ? ¿Tao, Evangelios, Corán, Ateísmo humanista? Habiendo buena voluntad, ¿ importa ? Veamos:
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🙂 Un servidor está convencido -como tantos otros de distinto credo- de que su fe es la verdadera, de que «los demás se equivocan» ( ¿acaso podrían dos religiones estar en lo cierto a la vez? ), de que -como confeso católico que es- «extra Ecclesiam nulla salus» (fuera de la Iglesia no hay salvación)…
Por pura coherencia: si no pensara así, si no aceptase la doctrina de la Iglesia, no me reconocería cristiano; todavía más, abjuraría en el instante mismo en que otra cosa sintiese. De momento, creo -además de intuir- que lo esencial -el Eje- es el Amor. No la Espera confiada, la Rendición, la Bonhomía, la Solidaridad, la Paz interior o la Tolerancia… No es que todo esto otro no sea importante: viene por añadidura. Siempre en mi percepción, claro.
Así las cosas, se comprenderá que no me reconozca ni identifique con las ideas del Dr. Wayne W. Dyer. Por razones obvias, porque su «producto» es otro, ¿taoísmo, panteísmo, sincretismo, circiterismo…? En cualquier caso, dado que nuestra sociedad es abierta, que a nadie habría de poder sugerirle diálogo e intercambio de ideas si no es porque también yo estoy dispuesto a darlo, que no tengo razones concretas -pese al interés crematístico que a los predicadores suele imputarse- para dudar de su buena fe, ¿ por qué no tomarle en consideración ?
Esto sentado, ni por pienso se me ocurriría postular la imposición a nadie de mi creencia. Al contrario, ¿por qué no propagación de la libre competencia también al ámbito de la fe? Cada cual, con su palabra y ejemplo, ha de poder convencer y arrastrar a su credo al prójimo.
Por sus hechos los reconoceréis… Fue el caso, hasta donde alcancé a conocer, de quienes se señalaban como cristianos en el bloque soviético (exclusión de la nomenclatura y postergación social).
Ser cristiano, en nuestra sociedad, ni de lejos -en términos generales- equivale a ser ejemplar, por comparación al resto… Tampoco lo contrario. Así las cosas, acaso no habría que temer una pérdida en la cantidad, con tal que redundase en una ganancia de calidad, en compromiso.
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😮 De la misma manera que han tenido que pasar más de quinientos años para que el dogma católico «extra Ecclesiam nulla salus«, establecido por la bula Unam Sanctam del Papa Bonifacio VIII en el año 1302, fuese «desarrollado» por la Constitución dogmática sobre la Iglesia «Lumen Gentium» del Concilio Vaticano II, promulgada por el papa Pablo VI en el año 1964 (en corto: figurar en la lista de los cristianos no es ni condición necesaria ni suficiente para la salvación -más aquí-), cabe esperar que -si no ahora en un futuro- así ocurra con la intelección del proselitismo y de la salvación en otros credos.
LUMEN GENTIUM
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14. El sagrado Concilio fija su atención en primer lugar en los fieles católicos. Y enseña, fundado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrinante es necesaria para la salvación. El único Mediador y camino de salvación es Cristo, quien se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia. El mismo, al inculcar con palabras explícitas la necesidad de la fe y el bautismo (cf. Mc 16,16; Jn 3,5), confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como por una puerta. Por lo cual no podrían salvarse aquellos hombres que, conociendo que la Iglesia católica fue instituida por Dios a través de Jesucristo como necesaria, sin embargo, se negasen a entrar o a perseverar en ella.
A esta sociedad de la Iglesia están incorporados plenamente quienes, poseyendo el Espíritu de Cristo, aceptan la totalidad de su organización y todos los medios de salvación establecidos en ella, y en su cuerpo visible están unidos con Cristo, el cual la rige mediante el Sumo Pontífice y los Obispos, por los vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos, del gobierno y comunión eclesiástica. No se salva, sin embargo, aunque esté incorporado a la Iglesia, quien, no perseverando en la caridad, permanece en el seno de la Iglesia «en cuerpo», mas no «en corazón». Pero no olviden todos los hijos de la Iglesia que su excelente condición no deben atribuirla a los méritos propios, sino a una gracia singular de Cristo, a la que, si no responden con pensamiento, palabra y obra, lejos de salvarse, serán juzgados con mayor severidad.
16. … el designio de salvación abarca también a los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día postrero. Ni el mismo Dios está lejos de otros que buscan en sombras e imágenes al Dios desconocido, puesto que todos reciben de El la vida, la inspiración y todas las cosas (cf. Hch 17,25-28), y el Salvador quiere que todos los hombres se salven (cf. 1 Tm 2,4). Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios…
- Un dogma, por definición, es inmutable. Esto, empero, no es óbice a su desarrollo en profundidad y claridad.., permaneciendo inmutable su sustancia.
“El sentido de los dogmas sagrados que una vez declaró la santa madre Iglesia, hay que mantenerlo perpetuamente, y jamás puede uno apartarse de ese sentido, so pretexto o en nombre de una más profunda inteligencia. Crezca, pues..,y progrese amplia e intensamente la inteligencia, la ciencia y la sabiduría de cada uno como de todos, de los particulares como de la Iglesia universal, según el grado propio de cada edad y de cada tiempo: pero manteniéndose siempre su propio género esto es, en el mismo dogma, en el mismo sentido, en la misma sentencia” (Concilio Vaticano I)
- Existe pues una distinción entre lo sustancial de una verdad de fe y su expresión histórica.
“Las dificultades (en la transmisión de la revelación divina por la Iglesia) surgen también de la condición histórica que afecta la expresión de la revelación. En relación a esta condición histórica, debe observarse en primer lugar que el significado de los pronunciamientos de fe depende en parte del poder expresivo del lenguaje usado en un determinado momento histórico y en circunstancias particulares. Más aún cuando se la considera en un contexto más amplio de fe o de saberes humanos, recibe una expresión más completa y perfecta” (Declaración Mysterium Ecclesiae de 1973, Acta Apostolicae Sedis 65, 1973, 402-403)
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🙄 Confío en no haber incurrido en vaguedad conceptual ni servir de escándalo. No deseo incitar a nadie a cambiar de credo. Sí, en cambio, paradojas de la vida, apelar al ejemplo con el verbo, estimular conciencias; más allá de lo cual mi afinidad con el Dr. Wayne W. Dyer no existe.
Circiterismo es una expresión acuñada por Romano Armerio -siguiendo, según él mismo confiesa, a Giordano Bruno- en su obra Iota Unum. Alude al adverbio latino «circiter», que significa «aproximadamente, más o menos». Armerio alude con él al peligro de la indefinición, frente a la que se muestra duro e incluso implacable.
Dios te guarde de charlatanes, autoayudas «sin esfuerzo», autoestimas de urgencia y otras falsas salidas -garantizadas- al vacío. También de la falta de compromiso: mejor equivocarte que vagar en la perpetua indefinición. ¡Camina! Ánimo y constancia en la adversidad: si es verdad que todos los caminos conducen a Roma, ¿por qué no también el tuyo? Con buena voluntad, siempre de buena fe. Escucha a tu «Pepito Grillo» interior.
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Si deseas practicar tu inglés (V.O. subtitulada)
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En español
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http://www.youtube.com/watch?