La notaria María Cristina Clemente, con sede en Alicante, ha revelado algunas de las experiencias más impactantes y perturbadoras que ha presenciado durante la firma de testamentos. Según su testimonio, la avaricia y la codicia pueden llevar a algunas personas a actuar de manera despiadada cuando hay herencias en juego, exponiendo la peor cara del ser humano.
Uno de los casos más escalofriantes que relata ocurrió en un hospital, donde un testador en su lecho de muerte había expresado su última voluntad. Sin embargo, en cuestión de minutos, sus familiares comenzaron a zarandearlo e incluso golpearlo para intentar que cambiara lo que había decidido. La escena fue tan extrema que la propia notaria se vio obligada a intervenir, dejando en evidencia la brutalidad que pueden alcanzar los conflictos por la herencia.
Otro caso que describe involucra a una persona con discapacidad, a la que sus familiares presionaron de forma insistente para que redactara un testamento a su conveniencia. En estos contextos, Clemente explica que su deber como notaria no solo es dar fe de la voluntad del testador, sino también velar por su libre albedrío, impidiendo cualquier tipo de coacción o manipulación.
Ante situaciones tan delicadas, la notaria recalca que siempre informa al Ministerio Fiscal cuando detecta irregularidades o signos de coacción en la redacción de testamentos. Además, por razones de seguridad, ha optado por tomar precauciones adicionales, como evitar acudir sola a ciertos domicilios o lugares donde se percibe un alto riesgo de manipulación o violencia.
Estos relatos reflejan la crudeza de las disputas familiares cuando hay una herencia en juego, mostrando cómo la codicia puede llevar a algunas personas a actuar de forma despiadada, incluso contra sus propios seres queridos. Según Clemente, en estos momentos cruciales es cuando se revela la verdadera naturaleza de las personas, y lamentablemente, en muchas ocasiones, lo que sale a la luz es la mezquindad humana llevada al extremo.