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Los templos sikhs (gurdwaras) tienen un langar (comedor) donde todo el mundo está invitado a comer gratis, con independencia de su credo, raza o nivel económico. El langar del Golden Temple ha sido descrito como “tal vez el mayor comedor gratuito del mundo”: sirve más de 50.000 comidas a diario y hasta el doble los fines de semana y festividades. Por increible que parezca, apenas hay que guardar cola: sentados los comensales por filas en el suelo, los voluntarios pasan sirviendo la comida.

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Comer allí es una experiencia memorable. Para todos: no es un comedor de marginados; ricos y pobres -por distintas razones- acuden a él. El lugar ejemplifica la unión de pueblos y religiones, y la generosidad para con cualquier hombre.

La institución del langar Sikh, fue iniciada por el primer Gurú Sikh, Guru Nanak (1469-1539), quien fundó el sijismo,  una religión india surgida en el contexto del conflicto entre hinduismo e islamismo durante los siglos XVI y XVII.

Es la novena (algunos dicen que la quinta) religión del mundo por número de creyentes.

El sijismo nos sirve de pretexto para varias reflexiones:
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  • Su relativa modernidad nos hace caer en la cuenta de la historicidad asimismo del surgimiento del resto de religiones. Sin que por ello quede desdicho el -pretendido- carácter revelado de unas y/u otras, el hecho es que «todos» (incluido los ateos y los agnósticos) creemos llevar «razón» -ciertamente la palabra es inapropiada, aunque muy expresiva, en este contexto-, esto es, consideramos verdadera nuestra fe (siquiera sea en la razón, inexistencia de Lo Trascendental o al menos en la imposibilidad de su percepción por els er humano). Esto empero no debería motivar nuestro desfallecimiento ni falta de compromiso.
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  • Gurú Nanak pensaba que la religión debía ser un medio de unión entre los seres humanos, pero que, en la práctica, servía a enfrentar a las personas. Lamentaba de forma especial el enfrentamiento entre hindúes y musulmanes, así como las prácticas de carácter ritual que apartaban al ser humano de la búsqueda de Dios . Su intención era llegar a una realidad más allá de las diferencias superficiales entre las dos religiones. De ahí su primera y famosa enseñanza «na ko hindú, na ko musalmán» (‘no hay hinduistas, no hay musulmanes’).

La posición doctrinal de Gurú Nanak se apoya en un hecho básico: la autoridad del Dios único, el Creador. Gurú Nanak llamó a Dios el «Nombre Verdadero» porque quería evitar el uso de un nombre concreto. Gurú Nanak enseñó que el Nombre Verdadero, aunque pueda recibir numerosos nombres en diferentes lugares es, esencialmente, el Dios único, soberano y omnipotente.

Gurú Nanak se opuso al sistema de castas, pero conservó el concepto hindú de maya (‘ilusión’). El mundo material es una ilusión que nos impide, abandonados al placer material, ver la única realidad auténtica -Dios-. La fe sij conserva la creencia hindú en la reencarnación, pero considera que el ser humano puede liberarse del ciclo de reencarnaciones mediante la virtud (en cambio los hindúes creen que la virtud solo produce una reencarnación en mejores condiciones de vida).

El sijismo está plagado de «curiosidades»:

* Nanak enseñó en el Gurú Grant Sahib que «peregrinaciones, ayunos, purificaciones y penitencias son inútiles, como lo son rituales, ceremonias religiosas o la idolatría». Algo que, en lo que a ceremonias y ritos respecta, la progresiva institucionalización de la religión sin embargo desmiente.

* Los sijes deben llevar siempre encima cinco artículos (las cincos «k»): kesh: pelo largo sin cortar; khanga: un pequeño peine de madera para recogerse el pelo; kara: un brazalete metálico; kacha: ropa interior de algodón; y kirpán, en sus orígenes una espada ceremonial, actualmente una pequeña daga (simboliza poder y libertad de espíritu, autorrespeto, lucha constante contra la injusticia -nunca debe desenvainarse para atacar, sí para la autodefensa o para proteger a un tercero).

Los sijs están sujetos a ciertas prohibiciones:

Cutting hair: Cutting hair is strictly forbidden in Sikhism.
Intoxication: Consumption of alcohol, drugs, tobacco, and other intoxicants is not allowed. However the Nihangs of Punjab take an infusion of cannabis to assist meditation.
Blind spirituality: Superstitions and rituals should not be observed or followed, including pilgrimages, fasting and ritual purification; circumcision; idols & grave worship; compulsory wearing of the veil for women; etc.
Material obsession: Obsession with material wealth is discouraged in Sikhism.
Sacrifice of creatures: The practice of sati (widows throwing themselves on the funeral pyre of their husbands), ritual animal sacrifice to celebrate holy occasions, etc. are forbidden.
Non-family-oriented living: A Sikh is encouraged not to live as a recluse, beggar, yogi, monastic (monk/nun) or celibate. Sikhs are to live as saint-soldiers.
Worthless talk: Bragging, lying, slander, «back-stabbing», etc. are not permitted. The Guru Granth Sahib tells the Sikh, «Your mouth has not stopped slandering and gossiping about others. Your service is useless and fruitless»
Priestly class: Sikhism does not have priests; they were abolished by Guru Gobind Singh (the 10th Guru of Sikhism). The only position he left was a Granthi to look after the Guru Granth Sahib, any Sikh is free to become Granthi or read from the Guru Granth Sahib.
Eating meat killed in a ritualistic manner (Kutha meat): Sikhs are strictly prohibited from eating halal meat from animals slaughtered in a religiously prescribed manner (such as dhabihah or shechita, known as Kutha meat, when the animal is killed by exsanguination via throat-cutting), or any meat where langar is served (at the langar, only vegetarian food is served, to ensure that all people, regardless of their dietary restrictions, can eat as equals. Langar is open to Sikhs and non-Sikhs alike).
Having extramarital sexual relations.

  • Probablemente también las creencias, velis nolis, terminen por abrirse al libre mercado, esto es, a la competencia. Algo ciertamente sano, al menos para quien desde una visión liberal -propia de nuestro mundo occidental- tiende a desvincularlas de lo público y a asociarlas a la libertad del individuo. ¿Una trivialidad? La libertadtambién la libertad de culto-, junto con la propiedad, son las dos primigenias y más arraigadas libertades en Occidente. Sin ellas nuestro Estado de Derecho dejaría de ser tal. En modo alguno son reconocidas en otros sistemas de organización social. Occidente debe pues ser consciente de sus raíces, so pena de ver reemplazado su Estado de Derecho por «otro modo de organización social». En otras palabras: evolución, sí; pero construyendo sobre lo anterior, no a su costa (más aquí).

 

 

Entre peregrinos y patriotas en Amritsar

 

 

20-22 de Agosto 2011 – Hanna

 

Dejamos atrás el frescor, la lluvia y la tranquilidad de las montañas del Norte y volvemos a la “India de verdad”. Tras un día entero en dos autobuses llegamos a Amritsar, capital de los sijs en el noroeste de la India. Es la ciudad más grande del Estado de Punjab con más de un millón de habitantes. Nuestra primera impresión de la ciudad cuando llegamos por la noche no fue muy buena: caótica, agobiante y un calor sofocante… ¡Pero al final acabó gustándonos!

Punjab significa 5 aguas, refiriéndose a los cinco ríos que lo atraviesan. Es una región muy verde, conocida como el granero de la India. Gran parte de la población aquí profesa el sijismo – una religión bastante tolerante que surgió como compromiso entre el islam y el hinduismo hace siglos. No comparten la idea de las castas – para ellos todos somos iguales independientemente de la nacionalidad, estatus, género, etc.

El Templo Dorado en Amritsar es la Meca de los sijs. Aquí vienen miles de peregrinos todos los días de otras partes de la India, pero también muchos emigrantes sijs del Reino Unido, EE UU, etc. En línea con la universalidad de los sijs, el recinto está abierto para todos. Es un sitio muy mágico, sobre todo al atardecer. Miles de personas caminan alrededor de una gran piscina sagrada, algunos se bañan, y todos hacen reverencia al templo situado en el medio del agua. Es un edificio cubierto por oro puro y dentro está guardado el libro sagrado (en su versión original)- pero solo durante el día. Por la noche el libro reposa en una cama en otra sala- es todo un espectáculo cuando lo cambian de sitio.

Dentro del templo es obligatorio cubrirse la cabeza (hombres y mujeres). El pelo es una cuestión muy importante para los hombres sijs. De hecho, no se lo deben de cortar nunca. Lo llevan enrollado en un turbante, cuanto más mayor el hombre, más largo el pelo y más grande el turbante. ¡Hemos visto unos turbantes realmente extraordinarios! Con las mujeres parecen que son más permisivos- pueden llevar el pelo más largo o corto y sin cubrir.

Para hacer honor a la ocasión nos pusimos nuestra mejor ropa india- ¡fue un éxito! Mucha gente quería hacerse una foto con nosotros o con sus niños.

Otro aspecto que nos ha llamado mucho la atención ha sido el comedor comunitario – el Langar. ¡Allí preparan comida para 60.000 personas todos los días del año! Ha sido toda una experiencia comer allí con ellos- mujeres y hombres, pobres y ricos- todos juntos en la sala. Detrás está la cocina donde decenas de voluntarios pelan cebolla, lavan miles de platos etc. También hay unos dormitorios colectivos donde uno se puede quedar pero esa experiencia no la hemos probado. Nuestro hotel, el Hotel Indus, estaba a unos 50m del templo- así que no hemos tenido que andar muy lejos.
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Amritsar está a unos 30km de la frontera con Pakistán. El segundo día cogimos un taxi para ver la ceremonia del cierre de la frontera en Attari. ¡Es toda una fiesta y mucho patriotismo! Han incluso construido gradas para colocar a los asistentes. Y viene mucha gente… las gradas estaban llenas con indios saltando, cantando, moviendo banderas al viento e intentando hacer más ruido que el otro lado. En el lado pakistaní normalmente sucede lo mismo, pero ahora como era Ramadán sus gradas estaban medio vacías y no hacían tanto ruido. Esperamos casi 2 horas para que empezara la ceremonia y la gente empezaba entrar en éxtasis. La propia ceremonia dura poco. Los militares desfilan, moviendo las piernas como unos artistas de circo y luego los jefes de los dos lados se saludan, la puerta se cierra y las banderas se bajan a la vez. Hasta el día siguiente el puesto fronterizo no abre.

Nuestro plan inicial era ir ahora a Rishikesh, la capital de yoga, pero visto lo visto no parece muy recomendable viajar por las montañas durante el monzón. Así que, para evitar calarnos del todo otra vez bajaremos más al sur, a Udaipur (Rajastán).
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Precios medios en Amritsar:
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Viaje McLeod- Amritsar en autobús público (200 km con cambio en Pathankot): 3 euros
Taxi a la frontera ida y vuelta: 13 euros
Un plato de dhal (lentejas) y arroz en el templo dorado: gratis (se aprecian donaciones)

 

Fuente: vueltaalmundo.travel

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