La sentencia expone que el acusado, administrador único de la empresa Invermas Broker SL, conocía que la mujer «había perdido su trabajo y sus ingresos eran precarios»

 
La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a un hombre a una pena de 6 años de cárcel y a indemnizar a una mujer con más de 277.000 euros por un delito continuado de estafa que hizo que la víctima perdiera su vivienda habitual en el municipio vizcaíno de Barakaldo.

En una sentencia hecha pública este martes, la Sección Sexta de la Audiencia vizcaína considera probado que el acusado, administrador único de la empresa Invermas Broker SL, conoció a través de una página de internet a una mujer ante la que se presentó como bróker o agente de inversiones. Así, durante varios años, y con la confianza de que el hombre tenía una empresa de inversiones, la mujer fue efectuando préstamos y realizando pagos al ahora acusado, sin que este le devolviera el dinero.

Para el año 2011, el hombre ya debía a la mujer más de 49.000 euros de un préstamo, que se comprometió a abonar en un plazo de un año, y más de 38.000 euros procedentes de la venta de una vivienda en San Sebastián que la víctima entregó también al ahora condenado y a su empresa de inversiones.

La sentencia expone que, conocedor de que la mujer era propietaria de una vivienda en Barakaldo -su domicilio habitual-, el hombre «urdió una trama para vender la vivienda y obtener liquidez», sin que la víctima tuviera conocimiento de ello.

Asimismo, el fallo judicial revela también que el ahora condenado por estafa conocía que la mujer «había perdido su trabajo y sus ingresos eran precarios», y que le «efectuaba propuestas de trabajos como diseñadora o secretaria suya», con lo cual le creaba «expectativas de encontrar una fuente de ingresos».

«Podría quedarse en la ruina»

Para «asegurarse el control completo del patrimonio» de la mujer y poder actuar «sin que ella pudiera conocer los detalles de las operaciones», el acusado llevó a la mujer en octubre de 2011 a una notaría de Bilbao, donde la víctima otorgó un «poder general» a favor del hombre «sin tener conocimiento de las consecuencias de dicho poder».

El acusado encargó a la notaría la confección del citado poder general y se quedó con una copia. El notario no leyó el texto del poder pero dijo que era «un poder de ruina» porque la mujer podía quedarse «en la ruina», indica la sentencia.

Para obtener el dinero del piso de la mujer en Barakaldo, el acusado ideó una compraventa en la que el comprador era un hombre de quien el acusado tenía otro poder general para actuar en su nombre. El 16 de noviembre de 2011, la mujer y «alguien que estampó su firma simulando» ser el representado del acusado firmaron un contrato privado de compraventa de la vivienda de la víctima, con un precio de 190.000 euros.

Meses después, en marzo de 2012, el ahora acusado traspasó el dinero obtenido por la venta del piso de una cuenta bancaria de la mujer a una de titularidad exclusiva del acusado, «sin que tales operaciones fueran conocidas ni consentidas» por la víctima. La sentencia indica que, según un informe médico forense, la mujer «es una persona muy vulnerable e influenciable al engaño y al chantaje emocional» por parte del acusado.

La Audiencia vizcaína ha condenado al hombre a una pena de 6 años y un día de prisión, así como a indemnizar a la mujer con 190.000 euros por la pérdida de su vivienda, y a devolverle los 87.000 euros que le adeudaba antes de la venta de la casa. La sala impone también al condenado una multa de 18 meses con una cuota diaria de 6 euros.

elcorreo.com

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