12/05/2020

Tras semanas de valoraciones y algunos datos preliminares, este martes se ha hecho pública la primera estadística que permite cuantificar el impacto de la epidemia de covid-19 sobre el mercado de la vivienda. De acuerdo con el registro notarial, la venta de casas se desplomó un 37,5% el pasado marzo, afectado del día 14 en adelante por la declaración del estado de alarma, con respecto al mismo mes de 2019. También fueron negativas la firma de hipotecas (-28%) y la evolución de los precios, que descendieron un 2,2%. Puede parecer un porcentaje leve en comparación con el hundimiento de las operaciones, pero hay que remontarse casi cuatro años, al verano de 2016, para encontrar valores similares.

De hecho, los precios no caían en la estadística notarial desde abril del año pasado, cuando el mercado se vio afectado por la coincidencia de la Semana Santa en medio del mes. Esta vez, el parón de la actividad provocado por la alarma sanitaria ha afectado todavía más y el descenso del 2,2%, hasta una media de 1.396 euros por metro cuadrado, es el mayor desde los que se registraron en agosto y septiembre de 2016. Hay que tener en cuenta que, como sucedió aquella vez, esa cifra podría revisarse en los próximos meses, ya que la estadística se elabora sobre un volumen significativo de las operaciones y se corrige unos meses después con la totalidad de las firmas realizadas ante notario.

Por categorías de inmuebles, es llamativo el descenso del precio de los pisos de obra nueva vendidos en el mercado libre, que con 2.069 euros por metro cuadrado se abarataron un 10,5% con respecto al mismo mes del año anterior. En cuanto a la segunda mano, también en el mercado libre, la caída de precios fue del 2% (1.544 euros por metro cuadrado). Las viviendas unifamiliares resistieron algo mejor e incluso se encarecieron un 0,4% (1.073 euros por metro cuadrado).

De vuelta al volumen de operaciones, en este apartado el declive del mercado fue más uniforme en todos los segmentos de inmuebles. Aunque nuevamente las viviendas unifamiliares fueron las que mejor resistieron el mes (con una caída interanual del 35,8%), mientras que el conjunto de los pisos en bloques (tanto del mercado libre como de vivienda protegida) vieron una contracción de las ventas del 38%. En total, las notarías de toda España registraron 32.332 operaciones de compraventa, una cifra más propia de agosto, el mes con menos actividad del año. Pasar del entorno de las 50.000 ventas (lo habitual en los últimos meses) al de las 30.000 supone en términos comparativos regresar a los niveles de 2017, es decir, desandar tres años de crecimiento del mercado de un plumazo.

La incertidumbre continúa

El batacazo, lógicamente, se trasladó al mercado hipotecario. En marzo se firmaron 18.446 préstamos para la adquisición de una vivienda, un 28% menos que un año antes. El derrumbe es incluso mayor que el registrado a comienzos del pasado verano, cuando un problema por la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria provocó una caída de firmas que rondó el 20% en los meses de junio y julio. Es por tanto la segunda vez en menos de un año en que se produce una alteración inesperada de la demanda. Pero a diferencia de entonces, cuando el efecto se sabía puntual y se esperaba un rebrote, los interrogantes que deja la epidemia son mucho mayores.

Las cifras conocidas este martes -el INE dará las suyas el miércoles, pero como se basan en la fecha de entrada en el registro de las operaciones, se considera que los datos notariales reflejan más fielmente lo que sucede en un determinado mes– se refieren a un periodo en que las medidas de confinamiento solo estuvieron activas un poco más de la mitad del tiempo (del 14 al 31 de marzo). Nadie espera que en abril sean mejores, ya que la situación se mantuvo igual, e incluso en las dos primeras semanas se reforzó el aislamiento de la población la paralización máxima de todas las actividades no esenciales. “Los datos del mes de abril reflejarán un periodo en el que ha sido casi imposible realizar tasaciones ni actas notariales, por lo que es previsible que recojan una caída mayor”, valora Fernando Encinar, jefe de Estudios de Idealista.

En una nota remitida por ese portal inmobiliario, Encinar destaca que, con los datos de los notarios, “el porcentaje de hipotecas sobre compraventas se ha disparado al 57%, dato que no veíamos desde 2010, lo que refleja sin duda la retirada del inversor en efectivo”. En mayo, con la desescalada en marcha en la mitad de los territorios (no precisamente en los que representan la mayor parte del mercado inmobiliario) y todavía sin la posibilidad de realizar visitas de inmuebles, sigue por ver cuando el sector verá la luz al final del túnel.

 

elpais.com

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