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Se dice que el Profeta se reunía con un pequeño grupo de allegados para instruirles en secreto. Uno de ellos, Abu Hurairah, habló así a la multitud tras la muerte de Muhammad: “Del Profeta hemos recibido dos legados, uno ya lo conocéis, pero si os comunicara el otro me cortaríais la cabeza”
- Con el primer legado se refería a la lectura básica que da forma a la sencillez de la religión estructurada. Con el segundo, al conocimiento profundo del gnóstico -´arif-. Exoterismo versus esosterismo. Desde entonces y hasta nuestros días.
Es ejercitando duramente el espíritu como el hombre es capaz de adentrarse en el sentido interior del texto sagrado, mediante el proceso que se llama ta’wîl o interpretación simbólica y hermeneútica, igual que tafsîr es la explicación del aspecto exterior del Libro.
… Todo tiene un interior (bâtin) y un exterior (zâhir), y el ta’wîl es ir desde el zâhir hasta el bâtin, desde la forma exterior al sentido interior… es sobre todo en el caso del Corán donde el ta’wîl es aplicado, especialmente por los sufíes y el shiísmo. Para mostrar la base tradicional de esta importante doctrina vamos a citar dos tradiciones, una de una fuente sunní y la otra de una fuente shií. Hay un dicho famoso del sexto imam shií Ya‘far as-Sâdiq, que habría dicho: «El Libro de Dios contiene cuatro cosas: la expresión explícita (‘ibâra), la alusión (ishâra), el sentido escondido, referido a los mundos suprasensibles (latâ’if), y las verdades espirituales (haqâ’iq). La expresión literal es para la gente común (‘awâmm); la alusión es para la élite (jawâss); el sentido escondido es para los amigos de Dios (auliyâ’); y las verdades espirituales son para los profetas (anbiyâ’).» También hay una referencia al Profeta transmitida por Ibn ‘Abbâs, uno de los más respetados transmisores de hadices en las fuentes sunníes, según la cual un día, estando en el monte ‘Arafât, se refirió al versículo «Es Allâh quien ha creado siete Cielos, y en la tierra otro tanto» (Corán, 65:12)…; a continuación se volvió a la gente y dijo: «Si os comentara este versículo tal y como se lo oí comentar al Profeta, me lapidaríais.»
El esoterismo no puede ser juzgado con criterios exotéricos; tiene su propia lógica que ningún enfoque externo puede nunca esperar dominar. Esto es exactamente lo que pasa con el Corán. Posee una dimensión interior que no puede ser revelada por el análisis literal y filológico. Y precisamente este aspecto del Corán es el que menos conoce el mundo exterior. Sin embargo, en el mundo islámico mismo existe una larga tradición de comentarios hermeneúticos sobre el Corán entre los sufíes y en el shiísmo… (Seyyed Hossein Nasr)
😯 Los eruditos, ulemas y alfaquíes, expertos en fiqh, señalan cual ha de ser la correcta comprensión del Islam. Naturalmente, pronto surgen tendencias, criterios diversos de entendimiento: chiítas, sunnitas, jariyíes… Si a ellas superponemos el sufismo, un entendimiento de la revelación más cercano a la individualidad mística que a la prosaica y uniformada ortodoxia, la discusión queda desbordada:
- Los chiítas se encuentran escindidos en cuatro grupos: los imamíes o duodecimanos (grupo mayoritario), alauíes (entre ellos, Baschar el Asad, actual presidente de Siria -también duodecimanos, sólo que el último de sus imanes –Ibn Nusayr– no coincide con el del grupo mayoritario -, Muhammad al-Mahdi-), los ismailíes o septimanos (escindidos primero entre cármatas -hegemónicos otrora en Bahrein- y fatimíes; divididos luego estos últimos, a su vez, a raiz de la sucesión del califa fatimí Al-Mustansir, en dos grupos rivales, a saber, nizaríes –Aga Khan IV es su actual imán, nº 49 en su cómputo- y musta’líes) y los quintomanos o zaydíes (presentes en el norte del Yemen).
- A ellos hay que añadir ciertos cultos surgidos de la mezcolanza de credos, algunos preislámicos, en mayor o menor medida emparentados con el Islam. Los más destacados son los drusos (presentes principalmente en el Líbano), los yazidíes (una minoría religiosa kurda) y los alevíes (entre el 20 y el 30% de la población de Turquía, caracterizados por su gran tolerancia y apertura, lo que les llevó en la postguerra a constituir pilar fundamental del entonces refundado estado turco).
- Modernamente han pasado a engrosar la lista el bahaismo (Moisés, Krishna, Buda Gautama, Zoroastro, Jesucristo, Mahoma y El Báb, según su credo, constituirían etapas sucesivas en el desarrollo espiritual de la civilización…) y la Comunidad Ahmadía ( un movimiento musulmán reformado, según sus integrantes, si bien la Liga Mundial Islámica declaró en su conferencia anual de 1974 que los ahmadí no eran musulmanes, + aquí).
«Cuando dices: «El Islam no es nada más que el Libro de Dios y la Costumbre del profeta» es como si dijeras: «El Islam es lo que yo comprendo del Libro y de la Costumbre, y nada más«…, lo cual significa que pones tus propias percepciones interiores al mismo nivel que las de los Compañeros… ¡e incluso de los Profetas!…» («Un santo sufí del siglo XX», pag. 80).
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* El famoso sufí argelino Mustafa al-‘Alawi ha dicho sobre el tema «Cuanto ignorante se regocija en su ignorancia y cuanto conocedor sufre por su conocimiento».
* Al-Ghazali, un místico ascético sufí, escribió La destrucción de los filósofos, critica durísima de las doctrinas racionalistas -aristotélicas- de Alfarabi. Fue el teólogo que inspiró a los almohades. Claro que después vinieron los Almorávides: el emir Ali ben Yusuf, aconsejado por sus alfaquíes, dispuso que se quemaran sus obras.
* Los primeros grupos de sufíes surgieron en los siglos VIII y IX. A partir del siglo X se produjo un distanciamiento entre la ortodoxia islámica y el sufismo: el wahhabismo, imperante hoy en Arabia Saudí, fue postulado allí por Muhammad ibn Abd al Wahhab en el siglo XIX, quien creía ver en el sufismo una innovación corruptora del verdadero Islam -sunní- (más aquí). Ni que decir tiene, el sufismo es mal visto en Arabia Saudí (más aquí). Y no sólo allí, también -entre otros- en su rival Irán.
Sufis and Sufism has been subject to destruction of Sufi shrines and mosques, suppression of orders and discrimination against adherents in a number of Muslim countries where most Sufis live. The Turkish Republican state banned all the different Sufi orders and closed their institutions in 1925 after Sufis opposed the new secular order. The Iranian Islamic Republic has harassed Shia Sufi, reportedly for their lack of support for the government doctrine of «velayat-e faqih» (i.e., that the supreme Shiite jurist should be the nation’s political leader). In most other Muslim countries, attacks on Sufis and especially their shrines has come from some Muslims from the more puritanical schools of thought who believe Sufi practices such as celebration of the birthdays of Sufi saints, and Dhikr («remembrance» of God) ceremonies are Bid‘ah or impure innovation, and polytheistic (Shirk). (+)
🙄 Existen –hoy en día- cuatro escuelas sunníes (madhabs) de interpretación coránica (hanafí, malikí, shafi’í y hanbalí). Distinta es su sensibilidad y criterio a la hora de interpretar el Corán y la Sunna (+). Particularmente rigurosa se muestra la escuela hanbalí, oficial en Arabia Saudí, en línea con la más pura ortodoxia wahabí. No hay unanimidad a la hora de aplicar -de aceptarse, en su caso- el razonamiento analógico (qiyyās), el consenso (iŷma’a) o la interpretación lógica (ijtihad, rectius, el taqlid -imitación-). Algunos suníes -los más «ortodoxos»- se aferran a sólo un madhab; otros en cambio consideran que es aceptable mezclarlos.
El ijtihād (árabe: اِجْتِهاد) designa el esfuerzo de reflexionar, complementario al Corán y la Sunnah, que los ulemas o muftis y los juristas musulmanes emprenden para interpretar y aplicar los textos fundadores del islam y transcribirlos en términos del derecho islámico. Después del siglo X, solamente los chiitas reconocen y practican el ijtihad. El sunismo practica, en cambio, el taqlid o “imitación”.
Para las escuelas jurídicas (madhab) sunitas, el tiempo del ijtihād terminó en el siglo X con la constitución de las cuatro grandes escuelas de derecho y un califa abasida cerró las “puertas del ijtihād”. En principio un musulmán puede declarar su adhesión a una de las escuelas jurídicas y practicar el taqlid. Sin embargo en las condiciones de la vida moderna, algunos ulemas tienden a reivindicar la reapertura del ijtihâd. Así, por ejemplo, «Su Majestad el Rey Mohammed VI, Comendador de los Creyentes… , sin alejarse de los designios tolerantes de justicia, igualdad y solidaridad que preconiza el Islam…, concede una gran importancia al esfuerzo jurisprudencial del Iytihad y a la apertura al espíritu de los tiempos actuales y a las exigencias del desarrollo y del progreso» (Preámbulo del Código de familia marroquí –Mudawana de 2004-). Ni que decir tiene, la Mudawana de 2004 generó grave contestación, llegando los más contrarios a ella a tacharla de contraria a la Sharia. .
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😡 Pudiera ser que, debajo de una fachada y apariencia monotonal, subyazca en los ambientes islámicos modernos, preferentemente entre los más próximos a Occidente por su posición geográfica, cultural e intercambio de todo tipo, una mentalidad tolerante, próxima a la consideración de la religión como «asunto privado» -consonante con la mentalidad surgida en Europa a raiz de la Revolución Francesa- y propugnadora de «otra» interpretación del Islam -alejada de la tradicional severidad que se le imputa-, estuviese formándose.
Los hadices son dichos y acciones del Profeta relatados por sus compañeros y compilados por aquellos sabios que les sucedieron. Los hay qudsíes (también denominados hadices ilâhíes o rabbâníes) y nabawíes -o hadices sharîf-:
* En ocasiones, el Profeta (s.a.s.) trasmitía a sus Compañeros palabras que atribuía a Allah pero que nos las definía como Revelación (Wahy); por tanto, sin ostentar la categoría de Corán (el Corán es palabra y significado proveniente de Allah, mientras que en el hadîz qudsí el sentido -ma‘nà- procede de Allah, pero el enunciado -lafz- nos viene del Profeta). Son los denominados hadices qudsíes (de Quds, lo Inefable, lo Insondable; también se les llama hadices ilâhíes o rabbâníes), que suelen principiar así: “El Profeta dijo que Allah dijo…” (mientras que el Corán se cita siempre diciendo: “Allah ha dicho…”).
* Los demás hadices son nabawíes.
No solo los hadices, también el propio Corán requiere de interpretación. Se trata de algo incontrovertible incluso para los propios musulmanes, llegándose incluso a admitir una interpretación no literal de Uno y otros (un ejemplo aquí). Bien entendido que el alcance de dicha interpretación no es libérrimo: poco o nada que ver con nuestro art. 3.1 Código Civil en su cotidiana aplicación por nuestros tribunales.
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De los Madahib a los Códigos
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En la actualidad la tradicional importancia de las escuelas (madahib) ha sido en gran medida reemplazada por la de los códigos. Los Gobiernos, al menos en la práctica, parecen haber roto el taqlid; o, si se prefiere (cada uno adopte su particular enfoque), han mezclado los madahib, tomando de una u otra madhab lo que consideran oportuno. Un ejemplo de este fenómeno lo constituye la Mudawana (Código de Familia, 2004) marroquí.
«… la actual Mudawana representa un avance sin precedentes en los países de mayoría musulmana así como representa un desafío hacia las fuerzas conservadoras de corte islámico. Desde el anuncio en el año 2000 del gobierno del socialista Abderrahman Yusufi de reformar el código de familia, dichas fuerzas declararon la guerra abierta tachando la reforma de anti islámica y acusando al entonces gobierno de laico infiel, y durante casi tres años Marruecos se transformó en campo de batalla entre defensores y detractores de la reforma, las manifestaciones y contra manifestaciones fueron noticia… de hecho fue tarea difícil y muy delicada, se percibía una fuerte división social, hecho que el propio monarca quería suavizar en su discurso al decir “Estas reformas, no deben percibirse como una victoria de un bando sobre otro, sino más bien como beneficios adquiridos a favor de todos los marroquíes” (Kamal Rahmouni, Presidente de ATIME)
Bien entendido que los «progresos» que se llevan a efecto en las nuevas regulaciones nunca se postulan como contrarias a las archiconocidas prescripciones legales de la ley islámica (Shari’a). Al contrario, afirman ceñirse escrupulosamente a ella, ser su plasmación.
Desde que Le fue encargada la tarea suprema de la encomienda de los creyentes, el Soberano, como visionario sabio y prudente, ha puesto su empeño en concretar el proyecto, creando una Comisión Consultiva Real, formada por eminentes expertos y ulemas, hombres y mujeres, de horizontes, sensibilidades y ámbitos de competencia múltiples y variados. Al confiarle la tarea de proceder a una revisión profunda del código del estatuto personal, Su Majestad no ha dejado de prodigarle permanentemente sus Altas Directrices y Sus ilustrados consejos, para la buena preparación de un nuevo Código de Familia. El Soberano insistía, a este respecto, en la necesidad de ceñirse escrupulosamente a las prescripciones legales de la ley islámica (Shari’a) y tener constantemente presentes los verdaderos designios y objetivos generosos y tolerantes del Islam. Su Majestad exhortó asimismo a los miembros de la comisión a valerse del esfuerzo jurisprudencial del Iytihad, teniendo en cuenta el espíritu de la época, los imperativos de la evolución y los compromisos adquiridos por el Reino en materia de Derechos Humanos universalmente reconocidos.
El resultado de esa Alta Solicitud Real, culmina con la elaboración de un Código de Familia, histórico, precursor e inédito por su contenido y sus disposiciones así como por su ropaje lingüístico jurídico contemporáneo, que concuerda perfectamente con las prescripciones y objetivos generosos y tolerantes del Islam. Sus soluciones que denotan equilibrio, equidad y operatividad. Traducen el esfuerzo jurisprudencial ilustrado y abierto que se ha desplegado y debe seguir desplegándose, así como los derechos humanos y de ciudadanía de los marroquíes tanto mujeres como hombres, en pie de igualdad, y en el respeto de los referentes religiosos divinos. (Preámbulo del Código de familia marroquí –Mudawana de 2004-).
__ La apostasía -masculina- en el Islam (ارتداد, irtidād), ¿debe ser castigada por la comunidad? Así lo estiman -además de los chiitas en Irán- las cuatros escuelas suníes: con pena de muerte (Arabia Saudí). La cuestión, empero, no es del todo pacífica.
De acuerdo con Wael Hallaq, es claro que la pena de muerte para el apóstata no procedería directamente del Corán: no hay coacción en la religión (Qur’án 2: 256); así se explica, por ejemplo, que en otros países islámicos -vg. Jordania– se castigue al infractor con una pena inferior (no con la ejecución). En idéntico sentido, Abdennur, quien reflexiona así: ¿cómo podemos pensar en alguien convirtiéndose en musulmán una segunda vez, tras rechazar una primera vez la fe, en el caso de que debiese matarse a esta persona tras su primera apostasía? (más aquí).
El sudanés Hassan al-Turabi es uno de los islamistas más notorios que han defendido la completa libertad de los musulmanes a abandonar su religión:
“La libertad religiosa, no únicamente de los no musulmanes sino también de los musulmanes que tengan visiones diferentes, debe ser garantizada. Yo personalmente tengo opiniones que van en contra de todas las escuelas ortodoxas de fiqh sobre el estatus de las mujeres, sobre el testimonio en los tribunales de los no musulmanes, sobre la ley contra la apostasía. Si un musulmán se levanta una mañana y dice que ya no cree más, esto es asunto suyo.”
A quien nos haya seguido hasta aquí no le resultará sorprendente saber que el propio Hassan Turabi ha sido declarado apostata por el Comité de Ulemas Musulmanes de Sudán, una organización apoyada por el gobierno del cual Turabi es opositor. La condena (no vinculante jurídicamente para los tribunales) se produjo en abril del 2006, cuando Turabi se declaró partidario de la legalidad del matrimonio de una musulmana con un no musulmán, además de defender el imamato femenino, en contra de lo establecido por los ulemas más conservadores (Abdennur)
En realidad Ley, opinión de los expertos y opinión pública no necesariamente han de coincidir. De hecho, no siempre coinciden. Ahora bien, forzadas a coexistir, terminan interaccionando entre sí.
Jamaâ Aït Bakrim (un musulmán convertido al cristianismo) resultó condenado a finales de 2003 por proselitismo. Sorprendentemente -para una mente occidental- la sentencia no se limita a aplicar el Código penal sino que reza así: «le fait que Jamaâ nie les accusations de prosélytisme est en contradiction avec les aveux tenus auparavant lors des P.V. préliminaires où il proclamait qu’il était le fils du Christ et qu’il souhaitait que les Marocains deviennent chrétiens. L’accusé est un apostat qui mérite, selon les préceptes de la charia, de mettre fin à sa vie».
- He aquí, a título de ejemplo, lo que en materia de apostasía -y en general libertad de culto- dispone el Código penal marroquí. Para más de uno, probablemente sorprendente: en Marruecos la apostasía no está penada; sí en cambio el proselitismo -no musulmán-. En suma, libertad de credo y también -si así se quiere ver, conforme al art. 25 de la Constitución marroquí- de culto, pero no de proselitismo; por tanto, libertad religiosa restringida (+ aquí). .
Code Pénal du Maroc – Livre III – Chapitre II- Section II Des infractions relatives à l’exercice des cultes (articles 220 à 223)
Article 220 Quiconque, par des violences ou des menaces, a contraint ou empêché une ou plusieurs personnes d’exercer un culte, ou d’assister à l’exercice de ce culte, est puni d’un emprisonnement de six mois à trois ans et d’une amende de 200 à 500 dirhams. Est puni de la même peine, quiconque emploie des moyens de séduction dans le but d’ébranler la foi d’un musulman ou de le convertir à une autre religion, soit en exploitant sa faiblesse ou ses besoins, soit en utilisant à ces fins des établissements d’enseignement, de santé, des asiles ou des orphelinats. En cas de condamnation, la fermeture de l’établissement qui a servi à commettre le délit peut être ordonnée, soit définitivement, soit pour une durée qui ne peut excéder trois années.
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Article 221 Quiconque entrave volontairement l’exercice d’un culte ou d’une cérémonie religieuse, ou occasionne volontairement un désordre de nature à en troubler la sérénité, est puni d’un emprisonnement de six mois à trois ans et d’une amende de 200 à 500 dirhams.
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Article 222 Celui qui, notoirement connu pour son appartenance à la religion musulmane, rompt ostensiblement le jeûne dans un lieu public pendant le temps du ramadan, sans motif admis par cette religion, est puni de l’emprisonnement d’un à six mois et d’une amende de 12 à 120 dirhams.
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Article 223 Quiconque, volontairement, détruit, dégrade ou souille les édifices, monuments ou objets servant au culte, est puni de l’emprisonnement de six mois à trois ans et d’une amende de 100 à 500 dirhams.
- Paralelamente, en 2013, el diario Akhbar Al Youm anunciaba que el Conseil supérieur des Oulémas -de Marruecos- había emitido une fatwa afirmando que todo musulmán apóstata es reo de muerte (rédigée en avril 2012 en réponse à une demande du ministère des Habous, la fatwa est reprise dans un recueil publié en 2013).
__ Según un consenso casi general está formalmente prohibido para una musulmana contraer matrimonio con un no musulmán, sea cual sea la religión de este último (aún judío o cristiano). En cambio, para un musulmán estaría permitido casarse con una no musulmana, especialmente con una cristiana o judía. Así resultaría del Corán (Qur’án 2:221 y 5:5)
Asma Lamrabet, una prestigiosa y comprometida musulmana contemporánea, rechaza tal interpretación: «lo que se desprende del conjunto del análisis de este versículo es que lo que prohibe formalmente el Corán es la unión entre musulmanes, hombres y mujeres, con politeístas». De su argumentación, resaltamos lo que sigue (+ aquí):
A la vista de cuanto venimos relatando, me pregunto si algún día Marruecos, siempre a la búsqueda de «los verdaderos designios y objetivos generosos y tolerantes del Islam», bajo la dirección religiosa de su Amir Al Mu´minin, acaso llegue a aceptar tal tipo de matrimonios mixtos; siquiera sea cum grano salis, esto es, con restricciones -más o menos graves-. De la misma forma que la Mudawana ha sido posible, ¿por qué no tambien esto otro?
Léase el Preámbulo del Código de familia marroquí –Mudawana de 2004- y se constatará cómo toda «innovación» encuentra apoyo en la tradición… ¡y en la autoridad del Príncipe de los Creyentes! Dado que nadie puede estar plenamente seguro de que su interpretación del Corán, y en general de la Sunna´h, es la más acertada, se comprende la importancia que los musulmanes suníes conceden a la doctrina y unánime opinión de las autoridades religiosas reconocidas en un momento dado (Ijmā) y, más en general, al consenso ideal de la Ummah (comunidad islámica).
Como Rey de todos los marroquíes… encarnamos la voluntad colectiva de la comunidad musulmana (Umma), que consideramos Nuestra gran familia.
Esperamos de vosotros que estéis a la altura de esta responsabilidad histórica, tanto por el respeto del carácter sagrado de las disposiciones del proyecto que se inspiran en los designios de nuestra religión generosa y tolerante, como con ocasión de la adopción de otras disposiciones.
Estas disposiciones no deben percibirse como textos perfectos, ni contemplarse con fanatismo. Se trata más bien de abordarlas con realismo y perspicacia, teniendo en cuenta que proceden de un esfuerzo de Iytihad válido para el Marruecos actual, abierto al progreso que busco con sabiduría, de manera progresiva,pero resuelta.
En Nuestra condición de Amir Al Muminin, juzgaremos vuestro trabajo en la materia basándonos en estas prescripciones divinas: “Consúltales sobre la cuestión”y “si has tomado una decisión, puedes contar con el apoyo de Dios” (Preámbulo del Código de familia marroquí –Mudawana, 2004-)
A la hora de sopesar las posibilidades de un «cambio» así -insistimos, siempre en la medida en que fuera acorde a «los verdaderos designios y objetivos generosos y tolerantes del Islam»- convendrá tener presente posibles soportes como los que siguen:
- La escuela malikí, muy arraigada en Marruecos, atribuye gran importancia, dentro de las fuentes -suníes- del Derecho, al interés público (Maslaha), la opinión de las autoridades (Ray) y las costumbres locales ajenas al Islam (Urf). Ni que decir tiene, los ulemas se suceden en el tiempo; y la opinión de la Umma, como sus costumbres, son susceptibles de variación (no necesariamente para peor).
- Hay muchas aleyas y hadices que encarecen la obligación de obedecer al Mensajero y a sus sucesores:
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Fue relatado por Umm Salama –que Allaah esté complacido con ella-, el Mensajero de Allaah –la paz y las bendiciones de Allaah sean con el- dijo: “Habrán después de mi dirigentes de los que desaprobareis y condenareis sus obras. El que aprueba el bien es inocente. El que condena el mal es exento. Pero la desgracia es a aquel que se satisface con el mal y sigue en él”. Le dijeron: “Oh mensajero de Allaah, debemos combatirles? Él dijo: NO, mientras que hagan el Salaat [la oración]”.
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¿ HEREJÍA ó CAMINO RECTO ?
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Bid’ah es toda creencia, palabra o acto introducidos después de la muerte del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con él– con el objetivo de adorar a Allah y acercarse a Él y que no reposa en ninguna prueba del Corán ni de la Sunnah, ni de lo que hicieron los piadosos predecesores (Salaf). En el Islam toda innovación -en materia religiosa-, al menos de partida, cuenta con un sentido negativo; no positivo, como -entre muchos- de nosotros.
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__ Ninguna innovación sería admisible, «porque toda novedad es una innovación, toda innovación extravío y todo extravío conduce al fuego». Así resulta de un hadiz relatado por Abu Dawud (Sunan, Libro sobre Al-Sunnah, no. 4607) y Tirmidhi, que Nawawi calificó como hasan sahih.
Existen diversos tipos de hadices: no repetidos y recurrentes (narrados al menos por cuatro personas diferentes). Estos últimos a su vez pueden ser sahih (indubitado), hassan (admitido) y daif (débil), en función de su repetición más o menos exacta en todos los casos.
Sunan Ibn Majah 1 (The Book of the Sunnah), Hadith nº 46 – Narrated / Authority of: Abdullah bin Masud that the Messenger of Allah (saw) said: “Verily, there are two things – words and guidance. The best words are the Words of Allah, and the best guidance is the guidance of Muhammad (SAW). Beware of newly-invented matters, for every newly-invented matter is an innovation (Bid’ah) and every innovation is a going-astray…
En idéntico sentido, por ejemplo, Sunan Ibn Majah 1 (The Book of the Sunnah), Hadith nº 42: Narrated / Authority of: Yahya bin Abu Muta – I heard Irbad bin Sariyah say: ‘One day, the Messenger of Allah (saw) stood up among us and delivered a deeply moving speech to us that melted our hearts and caused our eyes to overflow with tears… He said: … beware or newly-invented matters, for every innovation is a going astray” (Hasan)
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__ Ocurre empero que cierto tipo de innovaciones podrían encontrar apoyo en la Sunna.
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__ ¿Contradicción? No necesariamente. A fin de cohonestar la admisión de determinado tipo de innovaciones con su incondicional negación en el hadith nº 46 referido, Al-Nawawi advierte que «la palabra «koullou» («toda novedad es una innovación, toda innovación extravío…») , aún significando «todo», podría tener un sentido restringido (+ aquí) .
Así ocurriría -igualmente- por ejemplo en la aleya 25 de la sura 46.
Así, el iman Al-Nawawi, en su comentario al Sahih Muslim, siguiendo al Sheykh ‘Izz ad-din Ibn ‘Abdel-Ssalâm (el sultán de los Ulema), clasificó la Bid`ah (innovación en la religión) en cinco categorías: no toda innovación religiosa sería desechable.
Según Al-Nawawi existirían cinco tipos de bidah: la innovación Wajib (obligatoria), tal como las pruebas ideadas por los Mutakallims’ (buscan respuestas a cuestiones de credo con lógica) para refutar los argumentos ateos; la innovación Mandub (recomendable), tal como redactar libros; la innovación Mubah (permisible), como disfrutar de algunas variedades de alimentos; la innovación Haram (prohibida) y la innovación Makruh (reprensible). Para la gran mayoría -sunní-, en cambio, sólo estas dos últimas categorías de bidah -y aún con matices- resultarían claras; las tres primeras serían en cambio figuras hartamente discutibles.
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Ahlul Bidah
Está dicho: la Umma se dividirá en 73 sectas, de las cuales 72 irán a parar al Fuego.
No es pues necesario insistir en la aversión que tanto el Corán como la Sunna muestran frente a la desviación (fitna), a la desmembración de la Umma. Es así comprensible el temor a la opción individualista… a caer en el error, en la ignorancia y el mal camino, cuya ocurrencia el Profeta anuncia… pues las consecuencias son -como queda dicho- trágicas. En efecto, entre las setenta y tres secciones en que se dividirá la comunidad, ¿seguro que formas parte de la única que accederá al Paraíso?
Sunan Abu Dawood (4596) It was narrated that Abu Hurairah said: «The Messenger of Allah said: ‘The Jews split into seventy-one or seventy-two sects, and the Christians split into seventy-one or seventy-two sects, and my Ummah will split into seventy-three sects.» (Hasan) Book of An-Nawawi’s 40 Hadith, 1 , Hadith nº 28. Narrated / Authority of: Abu Najih Al-Erbadh bin Sariah who said : The messenger of Allah gave us a sermon by which our hearts were filled with fear and tears came to our eyes… He said: «… Beware of newly invented matters, for every invented matter is an innovation and every innovation is a going astray, and every going astray is in Hell-fire.» related by Abu Dawud and Al-Tirmithi, who said that it was a fine and true Hadith.
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Como es natural, todos, también los «desviados», se reconocen a sí mismo como los auténticos musulmanes: todos afirman seguir el recto camino, siendo el resto de la comunidad la equivocada. Consecuentemente, unos y otros suelen acusarse mutuamente de ser los causantes -ora por activa, ora por pasiva- del desorden y desunión; en su caso, de haber constituido un grupo hereje (Ahlul Bidah). Si bien todo empezó cuando sunnitas, jariyíes y luego chiitas se separaron, la desunión persiste en nuestros días; ahora corregida y -si cabe- aumentada.
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El ibadismo todavía hegemónico en Omán, el hoy extinto murjismo (sólo Dios, nadie más, puede juzgar a otro, lo que hará el día del Juicio Final; ningún musulmán, ningún cristiano, judío o miembro de otra religión entraría en Infierno si cree sinceramente en Dios), ¿desechable «innovación»? En definitiva, todos sus seguidores, ¿gente herética -ahlul bidah-? Como también los Rawafidh, los Khawarish, los Yamiyah, los Qadariyah, los Mutazilah, los Sufis, los Adoradores de Tumbas y quienquiera que esté atado a ellos, como los grupos «Al-Ikhwan Al-Muslimin» (¡ los Hermanos Musulmanes !) y «Yamat At-Tabligh» (Asociación para la Propagación de la Llamada), afirma el Sheik Rabi Ibn Hadi Umair Al Madkhali… ¿Estás de acuerdo? Y si no lo estás, entonces, ¿será que también tu formas parte de la Ahlul Bidah?
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- Hay quien apunta que la pervivencia -no propiamente el nacimiento- de las tradicionales y consolidadas disensiones dentro del mundo islámico, particularmente entre sunnies, imamíes y alauíes difícilmente pueden descontextualizarse del mapa político: pura supervivencia de las estructuras de poder establecidas. Particularmente en el caso de Irán, a quien la diferenciación religiosa sirve a afianzar y, en lo posible, extender su hegemonía en la zona: Persia habría sido -seguiría siendo- antetodo un Imperio, con su propia lengua y ¡ y religión ! -antes maniqueismo y zoroastrismo, hoy «chiísmo»-). Suponiendo esto cierto para el caso de Irán, ¿no habría de serlo igualmente en otros casos? ¿En cuales?
- En otros casos, sin embargo, para quienes tienden a realizar un análisis marxista de las creencias (la religión formaría parte de la superestructura), subyacerían razones económicas. Tanto la revolución iraní como los radicalismos sunnitas habrían sido propiciados por el siempre ambicioso e insatisfecho capital, temeroso de perder cuota ante el avance del -hoy extinto- bloque comunista. Su actual vigor -decaído ya la antigua amenaza comunista- habría supuesto un desbordamiento, una indeseada pérdida de control de la situación.
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Durante la Guerra Fría Estados Unidos encontró en el fundamentalismo islámico uno de sus mejores aliados contra el nacionalismo anticolonialista y el comunismo. En 1965, en Indonesia, cuando se produjo el golpe del estado del general Suharto, los fundamentalistas islámicos se encargaron de organizar los escuadrones de la muerte que asesinaron a más de medio millón de comunistas y filocomunistas… En Turquía incluso llegaron a cooperar con los militares turcos laicos en la represión de la revuelta kurda dirigida por el PKK. En la represión de la resistencia palestina en septiembre de 1970, del lado del ejército jordano participaron tropas pakistaníes, uno de cuyos jefes era el que luego sería general y dictador islamista pakistaní Zia-Ul Haqq. … En los años ochenta, Arabia Saudí, Pakistán y Estados Unidos utilizaron a los islamistas afganos y extranjeros para hacer la guerra a la Unión Soviética y los comunistas afganos… En aquel tiempo el presidente estadounidense Ronald Reagan aclamaba a los islamistas anticomunistas de Afganistán como “luchadores por la libertad” (más aquí).
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En Siria desde hace ya más de cuatro décadas gobierna una minoría -por demás, chií-: los alauíes. Habrá que comprender que dentro de la mayoría -suní- surjan resquemores. ¿Por ansia democrática? Si bien comúnmente se llega a aceptar la existencia de un código civil, mercantil o penal -en mayor o menor medida- «laicos», más difícil -aunque en modo alguno imposible- resulta la aceptación de un gobierno «desviado». He aquí donde irrumpe el «fundamentalismo», que no otra cosa significa sino «retorno a los principios».
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«Es falso que en el islam, especialmente en el sunní, no haya habido componendas entre el poder establecido y la religión prácticamente idénticas a las que se han dado en la cristiandad. En la práctica, con tal que el gobernante fuera musulmán y respetara formalmente el islam, los ulemas estaban dispuestos a tolerar cualquier abuso de su parte, con el pretexto de que la tiranía era preferible a la discordia que pudiera llevar a la guerra civil entre musulmanes…
Durante la revuelta de los Hermanos Musulmanes (1979-1982), los alzados llamaron al yihad contra el gobierno sirio que tachaban de apóstata. Al hacerlo no hacían más que recuperar una fatwa emitida en el siglo XIV por el teólogo sirio Ibn Taymiya. Said Hawa, ideólogo del alzamiento, manifestó entonces: “Los países musulmanes son dirigidos por incrédulos y ateos. Es obligación de todo musulmán emprender una campaña de purificación destinada a restablecer el orden. Esto sólo ocurrirá por medio de un yihad que elimine, sin compasión ni piedad, a las incrédulas sectas ocultistas y a los alawíes, así como a los comunistas, a los nacionalistas y a quienes reclaman la separación entre Estado y religión…
… una de las mayores dificultades que tiene el fundamentalismo político sunní es que la tradición sunní ha sido tradicionalmente conformista en asunto de política y ha predicado la sumisión a los poderes establecidos, dando un margen muy amplio a la arbitrariedad de los gobernantes. La deslegitimación de un poder nominal y formalmente musulmán se salía de lo habitual entre los ulemas sunníes; por ello, el “islam político” sunní se remite para buscar legitimidad tradicional a la rebelión (inclusive armada) al prestigioso ulema Ibn Taymiyya (m. 1328), que se enfrentó abiertamente al régimen de los sultanes mamelucos… Ibn Taymiyya declaró no musulmanes a los mongoles recién convertidos al islam, lo que suponía deslegitimarlos y llamar a la rebelión contra ellos. Los fundamentalistas sunníes que apelan a la autoridad de Ibn Taymiyya arguyen que los gobiernos musulmanes actuales están aún más lejos de la sharî‘a que los iljaníes mongoles, de lo que se deduce que si éstos eran infieles, ilegítimos y era lícita la rebelión contra ellos, más debe serlo la rebelión contra los regímenes actuales.» (más aquí).
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Más allá de lo estrictamente ritual, a nivel de organización social coexisten entre los sunníes diversos entendimientos: ¿Panarabismo, panislamismo -en la actualidad de gran actualidad, a resultas del Estado Islámico- o Estados nacionales -rectius, mantenimiento del statu quo, pues una estructura estatal moderna no necesariamente se articula sobre la base de una única y total nación-? ¿Violencia -a no confundir con la yihad, no siendo esta última en todo caso de carácter violento- o pacifismo?
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Yihad significa literalmente esfuerzo, no violencia. Frecuentemente se distingue entre la yihād al-akbar (la gran yihad, la lucha contra el ego de uno mismo) y la yihād al-asghar (la yihad menor, el esfuerzo externo -físico-, que solo en ocasiones implica derramamiento de sangre). Se discute cual de ambas tendría mayor valor. Así pues, la yihad de la espada (yihad bil saif, que hace referencia al qital fi sabilillah -guerra santa-) es sólo una species, no el genus; también la yihad del corazón (jihad bil qalb/nafs), de la lengua (jihad bil lisan) y de la mano (jihad bil yad) son yihad fi sabilillah.
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Los Califas Perfectos, Califato omeya, abasida, otomano… Y tras la caída de este último, a raíz de la Gran Guerra, ¿qué? ¿Más colonialismo económico y político -en la mentalidad de muchos, también inexorablemente religioso- de la metrópoli? En este contexto hay que situar cuanto sigue:
- El surgimiento -y éxito- de los Hermanos Musulmanes, una organización fundada en Egipto en 1928 por el integrista (dicho sea sin sentido forzosamente peyorativo, en cuanto partidario de un Islam que no fuera una simple fe privada, sino fundamento de la organización estatal, de acuerdo con el lema al-islām, dīn wa-dawla: «el islam, religión y Estado») y panislamista (creía más en una unidad basada en la fe islámica que en la identidad nacional -a la noción de watan -nación territorial, patria- contraponía la de umma -nación o comunidad de musulmanes-) Hasan al-Bannā‘.
After completing his studies at Dar al-‘Ulum in 1927, al-Banna became a primary school teacher in Ismailia, which was the location of the Egyptian headquarters of the Suez Canal. At this time, Ismailia was the Egyptian town that had the highest foreign influence. While living there, al-Banna grew increasingly disillusioned with the British cultural colonization he witnessed. He was especially concerned that hasty attempts to modernize Egypt often resulted in the negative effect of sacrificing or forgetting Islamic principles. Al-Banna was also among many Egyptian nationalists who were dissatisfied with Wafd leadership, namely because of its moderate stances and its insistence on secularism. According to al-Banna’s accounts, the Muslim Brothers organization was established in March 1928 when six unnamed workers affiliated with various Suez Canal companies approached al-Banna, complaining about the injustices suffered by Arabs and Muslims at the hand of foreign control. Feeling that their complaints resonated with his own concerns, al-Banna became their leader and the Muslim Brothers was created.
- También el recientemente -en 2014- autoproclamado califato del Estado islámico.
Desde Ibn Taymiya hasta nuestros días la llamada a la sangre, más o menos explícita y/o generalizada, y a la interdicción -en mayor o menor medida- de lo religiosamente prohibido, perfunde el Islam. Particularmente, el Islam sunita: Qutb, Mohamed Badía, bin Laden, EI… Llegado el caso, no quedaría sino tomar partido: ¿Pas en mon nom?
- El fundamentalismo islámico sunní del siglo XX, no siempre violento, ha tenido tres centros: India-Pakistán (Abû-l-´Alâ` Mawdûdî, m. 1979), Egipto (Hasan al-Bannā‘, asesinado en 1949, y Sayyid Qutb, ejecutado mediante ahorcamiento por Náser en 1966) y Arabia Saudí (wahhabismo).
El wahhabismo es una suerte de ultrahanbalismo, una doctrina que debe su nombre a su fundador, Muhammad ´Abd al-Wahhâb (m. 1792), de quien hicieron bandera los Banû Sa´ûd para afianzar su poder, dentro y fuera – el descubrimiento en 1938 de yacimientos de petróleo en la zona les ha permitido crear su propia zona de influencia y exportar su doctrina, vía donación -para creación de escuelas, mezquitas, periódicos y otros medios de difusión del wahhabismo- allende sus fronteras).
Para los incitadores a la violencia sunníes -de corte fundamentalista-, ¿no habría de extenderse la Yihad también a los infieles chiíes en Irán? No encontramos respuesta unánime en este punto.
- «El Profeta dijo: ‘Ninguno de vosotros tendrá fe mientras no desee para su hermano lo que le gusta para sí’» (Bujari 1.2.12; cfr. número 13 de los Cuarenta Hadices de Al-Nawawi). Ciertamente podría hacerse una interpretación reduccionista del término «hermano» (con apoyo, entre otros, en Corán 9:23 y 48:29), restringida a los hermanos «creyentes» -musulmanes- . Es posible, empero, otro tipo de interpretación, universalista, común al resto de las grandes religiones (cfr. Ali Sina) de la actualidad: no desees ni hagas a otro –cualquiera que sea su credo- nada de lo que quieras para ti. Y bien, en tu opinión, ¿cual es la recta doctrina coránica a este propósito?
Un ejemplo concreto nos permitirá sopesar abiertamente la cuestión: llegado el caso hipotético de alcanzar la Umma mayoría -suficiente- en determinado territorio -europeo-, ¿habría de promover los cambios necesarios para evitar el proselitismo de otras religiones? Siendo el caso, ¿por qué no también antes? Al revés, ¿comprendería la Umma que la manifestación pública de los signos de su religión -con mayor o menor razón, también su tradicional vestimenta y mezquitas- se viese prohibida en Europa -so pretexto de proselitismo-?
Acaso, contando en tal caso con suficientes intérpretes en el Tribunal Constitucional, no fuese siquiera necesario reformar el art. 16.1 Constitución Española… habida cuenta de la doctrina del «arbol vivo» -¿una reforma encubierta?- recepcionada por dicho tribunal (a resultas de la cual, lo que hoy se interpretó de determinada forma, mañana podrá ser evolutivamente interpretado de otra, habida cuenta de la nueva cultura social creada).
Sin necesidad de agotar aquí la cuestión, apuntaremos ahora que la posición de la Umma a este respecto podría evolucionar, sin por ello oponerse necesariamente a las enseñanzas coránicas.
Cada civilización tiene sus propios valores esenciales. La occidental entre otros la libertad individual, cuya acaso más sublime expresión sea la autocrítica (y de ahí, como derivación de la duda, la concesión del beneficio de dicha duda a la opinión del contrario -por tanto, no tolerancia sino respeto hacia el otro-), siempre expuesta al abuso y deleznable libertinaje (más aquí). Otras culturas, en cambio, pivotan sobre distinto valor: el bien común (comunismo), la Revelación, etc; de manera tal que, en un caso por el bien de todos y en el otro «por tu propio bien«, habrías eventualmente de sufrir intolerancia, represión. De nuevo, se trataría de una cuestión de interpretación (en el primer caso, de lo que deba entenderse por bien común y en el segundo de la enseñanza coránica aplicable al caso concreto).
Puede que de facto no se encuentren tan lejanas -entre nosotros- una interpretación populista de la mayoría democrática, avasalladora de las libertades individuales, y otra que pretendiese una radical islamización resultante de las urnas. Distinto punto de arranque pero idéntico final. La Constitución, ¿un invento burgués para la defensa de sus libertades individuales que a la postre poco o nada habrá de servirle?
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¿Y EN EL FUTURO?
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🙄 Hace tiempo que la Iglesia Católica, más o menos forzada por las circunstancias -cada uno opine como guste-, aceptó la separación Iglesia-Estado. .
Celebración del matrimonio y evangelización de los bautizados no creyentes… en algunos territorios, motivos de carácter más bien social que auténticamente religioso impulsan a los novios a pedir casarse en la iglesia… el solo hecho de que en esta petición haya motivos también de carácter social, no justifica un eventual rechazo por parte de los pastores.Querer establecer ulteriores criterios de admisión a la celebración eclesial del matrimonio, que debieran tener en cuenta el grado de fe de los que están próximos a contraer matrimonio, comporta además muchos riesgos. En primer lugar el de pronunciar juicios infundados y discriminatorios; el riesgo además de suscitar dudas sobre la validez del matrimonio ya celebrado, con grave daño para la comunidad cristiana y de nuevas inquietudes injustificadas para la conciencia de los esposos; se caería en el peligro de contestar o de poner en duda la sacramentalidad de muchos matrimonios de hermanos separados de la plena comunión con la Iglesia católica, contradiciendo así la tradición eclesial.Cuando… los contrayentes dan muestras de rechazar de manera explícita y formal lo que la Iglesia realiza cuando celebra el matrimonio de bautizados, el pastor de almas no puede admitirlos a la celebración. Y, aunque no sea de buena gana, tiene obligación de tomar nota de la situación y de hacer comprender a los interesados que, en tales circunstancias, no es la Iglesia sino ellos mismos quienes impiden la celebración que a pesar de todo piden. (Familiaris Consortio, Juan Pablo II)
DE LOS IMPEDIMENTOS DIRIMENTES EN PARTICULAR
1086 § 1. Es inválido el matrimonio entre dos personas, una de las cuales fue bautizada en la Iglesia católica o recibida en su seno, y otra no bautizada. § 2. No se dispense este impedimento si no se cumplen las condiciones indicadas en los cc. 1125 y 1126…
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DE LOS MATRIMONIOS MIXTOS.
1124 Está prohibido, sin licencia expresa de la autoridad competente, el matrimonio entre dos personas bautizadas, una de las cuales haya sido bautizada en la Iglesia católica o recibida en ella después del bautismo, y otra adscrita a una Iglesia o comunidad eclesial que no se halle en comunión plena con la Iglesia católica.
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1125 Si hay una causa justa y razonable, el Ordinario del lugar puede conceder esta licencia; pero no debe otorgarla si no se cumplen las condiciones que siguen:
1 que la parte católica declare que está dispuesta a evitar cualquier peligro de apartarse de la fe, y prometa sinceramente que hará cuanto le sea posible para que toda la prole se bautice y se eduque en la Iglesia católica;
2 que se informe en su momento al otro contrayente sobre las promesas que debe hacer la parte católica, de modo que conste que es verdaderamente consciente de la promesa y de la obligación de la parte católica;
3 que ambas partes sean instruidas sobre los fines y propiedades esenciales del matrimonio, que no pueden ser excluidos por ninguno de los dos.
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1126 Corresponde a la Conferencia Episcopal determinar tanto el modo según el cual han de hacerse estas declaraciones y promesas, que son siempre necesarias, como la manera de que quede constancia de las mismas en el fuero externo y de que se informe a la parte no católica.
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Tal separación, junto con la pareja y generalizada separación de poderes (dentro ya del propio Estado) y el reconocimiento de ciertos derechos individuales (fundamentalmente, libertad -también de culto- y propiedad) y sociales (a raíz del advenimiento de la versión «social» del Estado de Derecho), son los pilares que, junto al sometimiento a la Ley (+ aquí), apuntalan en Occidente lo que hemos venido en denominar Estado de Derecho.
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Personas como Asma Lamrabet, la lectura de cuyos escritos encontramos recomendable, nos hace mantener la esperanza. Claro que harán falta muchos -y sobretodo, muchas- más musulmanes capaces de pensar «por libre», más allá de lo preestablecido y antes interpretado, y de expresar su opinión -actitud de compromiso-; y para ello, resultará imprescindible cultura -vasta y por qué no adornada de ciencia-, con apertura al mundo y amplitud de miras.
Pensar por libre no habría de suponer irremisiblemente un abandono de la Umma. Bien podrían surgir corrientes críticas, constructivas, que liderasen un nuevo entendimiento por la misma de las también nuevas realidades sociales.
😆 EEUU, como en cierta ocasión su presidente Clinton reconociese, debe grandísima parte de su prosperidad a la inmigración recibida a principios del siglo XX: «What do the changes mean? They can either strengthen and unite us, or they can weaken and divide us. We must decide…»
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- Si no respeto, ¿qué habría de impedir que tantos y tantos musulmanes de buena fe que pueblan Europa nos tolerasen -esto es, nos «sufrieran» con paciencia- al resto -los no creyentes-? Y al revés, ¿cómo habríamos de actuar cristianos y otros -creyentes o no creyentes- para, junto con ellos, fortalecer y aún enriquecer nuestra cultura? Sin duda será preciso un esfuerzo, por parte de todos. En la Surah an-najm, se lee: «el hombre sólo obtendrá aquello por lo que se esfuerce» [53: 39]
Respeto y tolerancia no son la misma cosa. Quien se considera poseido -a nivel individual- de la verdad, solo puede alcanzar la tolerancia respecto a quien no cree (en general, conoce) como él. En cambio quien concede al otro el beneficio de la duda, esto quien, quien practica la autocrítica y duda de sí mismo, es propenso a respetar al otro.
El respeto y la autocrítica no conducen necesariamente al relativismo. Así, el autor de este post, aunque subjetivista, se confiesa cristiano -por tanto, no relativista- (más aquí).
«Subjetivo», dado que solo puedo conocer desde mi particular punto de vista -como sujeto-, sin que la extraordinaria limitación de mis sentidos e intelecto me permita atisbar a un tiempo la totalidad de la «manzana» y sí tan solo una de sus caras (de manera tal que podría ser cierto que la manzana fuese de color amarillo -como yo la veo- y verde -como mi prójimo desde su diferente perspectiva la ve-).
A este tema hemos aludido en varias entradas (ver aquí, también aquí y principalmente aquí).
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- Algo se mueve. No hace tanto, ¿quien habría imaginado que, siquiera sea en palabras, un texto legal marroquí recogiese palabras tan ilustradas como las que constan en su Preámbulo?
… ceñirse escrupulosamente a las prescripciones legales de la ley islámica (Shari’a) y tener constantemente presentes los verdaderos designios y objetivos generosos y tolerantes del Islam… un Código de Familia… que concuerda perfectamente con las prescripciones y objetivos generosos y tolerantes del Islam… Traducen el esfuerzo jurisprudencial ilustrado y abierto que se ha desplegado y debe seguir desplegándose, así como los derechos humanos y de ciudadanía de los marroquíes tanto mujeres como hombres, en pie de igualdad, y en el respeto de los referentes religiosos divinos. (Preámbulo del Código de familia marroquí –Mudawana de 2004-).
Convendrá empero no hacerse falsa ilusión (más aquí). En la Declaración de El Cairo de 1990, los estados miembros de la Organización de la Conferencia Islámica, aprobaron una lista de “derechos humanos”… distinta de la Declaración Universal suscrita por la ONU en 1948 . Las diferencias son manifiestas :
Art. 6 de la Declaración de los Derechos Humanos en el Islam -El Cairo, 1990-. a) La mujer es igual al hombre en dignidad humana, y tiene tantos derechos como obligaciones; goza de personalidad civil así como de ulteriores garantías patrimoniales, y tiene el derecho de mantener su nombre y apellidos. b) Sobre el varón recaerá el gasto familiar, así como la responsabilidad de la tutela de la familia.
Art. 10. El Islam es la religión indiscutible. No es lícito ejercer ningún tipo de coerción sobre el ser humano, ni aprovecharse de su pobreza o ignorancia, para llevarle a cambiar su religión por otra distinta, o al ateísmo.
Art.
19… d) No hay crimen ni castigo sino según los preceptos de la Sharía.
Art. 22. a) Todo ser humano tiene derecho a la libertad de expresión, siempre y cuando no contradiga los principios de la Sharía… c) La información es una necesidad vital de la sociedad. Se prohíbe hacer un uso tendencioso de ella o manipularla, o que ésta se oponga a los valores sagrados [del Islam] o a la dignidad de los Profetas. Tampoco podrá practicarse nada cuyo objeto sea la trasgresión de los valores, la disolución de las costumbres, la corrupción, el mal o la convulsión de la fe.
Y sin embargo, hay lugar para la esperanza… Tan «intransigente» -convencido- podrá encontrarse un creyente musulmán como cualquier otro de distinta religión, dependiendo de su grado de fe. Bien entendido que tanto uno como otro habrán, a poco que lo reflexionen, de reconocer que no su propio entendimiento de su Fe sino directamente ésta, su Fe, es la única y verdadera, indiscutible. Así las cosas, ¿qué habría de impedir a uno y otro reflexionar -sanamente- sobre el grado alcanzado por su parte de correcto entendimiento de su Fe? Sin escándalo ni desviación de su comunidad de creyentes… manteniéndose dentro de ella y al tiempo contribuyendo a su reconducción. Aunque Dios no yerre, el hombre -aun de buena fe-, pues su entendimiento es limitado, decididamente sí lo hace: no dudo que los miembros del EI crean actuar correctamente: y bien, ¿pas dans ton nom?
😀 Confiamos en que algún día, cada cual partiendo de su personal enfoque, seremos capaces de aunar criterios. Sin mirar ninguno al otro por encima del hombro, reconociendo que el otro puede aportarme algo, quizás más que yo a él. Porque aunque todos -cada uno desde nuestro baluarte- consideremos tener razón -incluso, sintiéndonos iluminados, tener «toda» la razón-, habremos en todo caso de reconocer al otro su derecho a equivocarse, en suma, su libre albedrío. Sin ignominia ni rencor. Recapitulando, como el autor que sigue sugiere, acaso los árabes -en general, los musulmanes- deban repensar el Islam… y Occidente su actitud.
- Las actuales migraciones en masa, hasta hace poco asunto que parecía ya cosa del pasado, hacen ver que Europa no puede -ni debe- adoptar una actitud meramente pasiva en estos temas.
Y no sólo Europa. Leyendo la Declaración de los Derechos Humanos en el Islam, resulta ciertamente difícil de explicar la actitud de Arabia Saudí o EAU en este tema. Pues «(t)odo ser humano tiene derecho, dentro del marco de la Sharía, a desplazarse libremente, así como a elegir lugar de residencia dentro de su país o fuera de él. En caso de ser perseguido, tendrá derecho al asilo en otro país. El país de refugio deberá concederle asilo hasta que su seguridad quede garantizada…» (art. 12). Todavía más: «El trabajo es un derecho que el estado y la sociedad garantizarán a todo sujeto capaz de ejercerlo» (art. 19).
- Juntos, mil veces más que por separado, habremos de extraer máximo provecho a nuestra convivencia. Por el bien de todos ha de resultar superada la coexistencia en paralelo. La comunidad musulmana, a vista de un occidental, tiene elementos envidiables, por ejemplo su altísima cohesión familiar y respeto a los mayores. De otra parte, es obvio que no todo en Occidente es perversión y extravío (la amplitud de miras no necesariamente habría de implicar -para todos- pérdida de un norte existencial).
“Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto. Trátales con humildad y clemencia, y ruega: ¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño.” (Corán 17:23-24)
“Le hemos ordenado al hombre ser benevolente con sus padres. Su madre le lleva [en el vientre] soportando molestia tras molestia, y su destete es a los dos años. Sed agradecidos conmigo y con vuestros padres; y sabed que ante Mí compareceréis”. (Corán 31:14)
Dijo el Profeta (s.a.s.): “No entrará al Paraíso quien rompa sus lazos familiares” (Al Bujari, 5638; Muslim, 2556)
En un hadîz qudsi relatado por Al Bujâri consta que el Profeta dijo que Allah dijo «Soy Ar Rahmân (el Más Misericordioso), y he creado el rahim. Derivé su nombre de Mi nombre. A quien cuide del mismo, Yo cuidaré de él, y a quien lo interrumpa, Yo lo abandonaré.» (Al Bujâri, Al Adab Al Mufrad, 1/132)
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“Los árabes deben repensar el islam”
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- Adonis define la poesía como «lo contrario de la religión» y critica una confesión «sin cultura»
- Candidato al Nobel, el poeta sirio lanza un libro sobre México y reedita ‘Epitafio para Nueva York’
- Tres poemas inéditos de Adonis
- Lee un poema de ‘Epitafio para Nueva York’
Adonis no cree en Dios, pero vive cerca del cielo, en una torre de 37 plantas de La Défense, el barrio financiero de París. No parece el ambiente típico para un poeta. “Antes de instalarme en este apartamento pasé por casi todos los distritos”, explica señalando por la ventana la ciudad en la que vive desde hace casi tres décadas. “Aquí hay más luz, menos contaminación… Parece Manhattan, ¿verdad?”. Precisamente, el escritor sirio, de 84 años, acaba de reeditar en España, en versión de Federico Arbós, Epitafio para Nueva York, publicado originalmente en 1971, uno de los libros más famosos de un autor traducido a una docena de lenguas y al que muchos consideran el gran poeta árabe vivo. Crítica al capitalismo deshumanizado y homenaje a Lorca y Walt Whitman, en ese libro se habla de torres que un día caerán, y Adonis recuerda que un crítico lo acusó después del 11-S de haber inspirado a Bin Laden. “Ridículo”, zanja él sonriendo.
Su última obra, Zócalo, publicada en francés antes que en árabe, aparecerá en unos días en español traducida por Clara Janés. Esas prosas poéticas nacieron en un viaje a México durante la primavera de hace dos años, pero se hace difícil leer páginas tan llenas de dioses, sacrificios y sangre sin pensar en otra primavera, la árabe, aquel dominó de revueltas que empezaron admirando al mundo en Túnez a finales de 2010 y, desbordado por los extremismos, ha terminando espantándolo en Irak y Siria a manos del llamado Estado Islámico. En ese tiempo, Adonis hizo dos cosas que le ganaron un alud de críticas: sostener que la primavera árabe no era una revolución y escribir, en 2011, una carta abierta al presidente sirio, Bachar El Asad, pidiéndole que dialogara con la oposición. “Tibio” fue lo más suave que le dijeron. Más tarde escribió reclamando que dimitiera por la represión desencadenada bajo su mando. “Lo que yo pretendía con aquella carta”, explica el escritor, “era evitar la destrucción del país y que cambiara un régimen fundado en un golpe de Estado y en el partido único. Desgraciadamente los políticos no escuchan a los poetas”.
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—¿Por qué no era una revolución la primavera árabe?
—Porque una revolución debe tener un discurso, y no lo había: los opositores jamás hablaron de laicidad, de liberación de la mujer, de cambiar la ley coránica. ¿Qué revolución es esa? Solo querían cambiar de régimen, y cambiar de régimen no sirve de nada cuando permanece la misma mentalidad. Los árabes tienen que hacer su revolución interior, es decir, repensar la religión a la luz de la modernidad y separar lo religioso de lo cultural, político y social para que se convierta en una creencia individual. En Europa se hizo esa revolución y se separó el Estado de la Iglesia, que en la Edad Media era peor que los musulmanes de hoy. Yo no tengo nada contra la religión como fe individual, pero estoy contra una religión institucionalizada e impuesta a toda una sociedad. Hay que anular las diferencias entre confesiones. El reto es, por ejemplo, que en Egipto los cristianos coptos tengan los mismos derechos que los musulmanes.
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—¿Estamos mejor o peor que antes?
—No está mal Túnez, un país más homogéneo, sin minorías, dicho sea de paso. Allí hay cierto diálogo. Pero se han destruido países enteros: Libia, Siria, Irak. ¿Para qué? Para nada, para resucitar viejas nociones religiosas. ¡Se vuelven a usar palabras de hace quince siglos! Se ha producido una regresión vergonzosa, humillante. El islam actual es una religión sin cultura. No hay más que ritos y leyes. No hay un solo pensador. Y cuando surge alguno, se le rechaza.
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Adonis dice desconfiar de “toda revuelta que salga de una mezquita con proclamas políticas”, pero extiende su desconfianza a las soluciones salidas de los despachos de Estados Unidos o de Europa. ¿Occidente no se ha interesado por la oposición laica? “Los políticos occidentales, no Occidente, no quiero generalizar”, responde. “Desgraciadamente, los políticos no se interesan de verdad por los árabes, los ven como fuente de riqueza —el petróleo— y como espacio estratégico. No se interesan por las fuerzas progresistas aunque sean, es cierto, poco numerosas. Lo que hacen las intervenciones extranjeras es revitalizar las fuerzas oscurantistas en el mundo árabe. Lo emponzoñan todo. Cuando uno compra y arma a unos supuestos combatientes, a una supuesta oposición, inventa un ejército de mercenarios. El Estado Islámico es una creación de Arabia Saudí y Estados Unidos. Ahora tienen que combatir a aquellos a los que armaron ellos mismos”. Como en el caso de Egipto, dice resignado, en Siria toca elegir el mal menor y combatir al Estado Islámico. Partidario acérrimo de la laicidad, más de una vez ha expresado sus dudas hacia eso que suele llamarse islam moderado: “No existe. Es una expresión política. Lo que hay son musulmanes moderados. Y son pocos. Hay un islam y una interpretación que es ideológica. En eso es como los otros monoteísmos: hay un profeta que es el último y que transmite verdades últimas. Dios lo ha dicho todo y el hombre debe obedecer. En el monoteísmo el otro no existe. No se le reconoce como parte de la búsqueda de la verdad porque la verdad ya la tengo yo. La base de nuestros problemas no es el islam como religión, es la visión monoteísta del mundo. Por eso es necesario separar la religión del Estado. No habrá democracia mientras eso no cambie. No hablo de democracia como sistema perfecto, sino como reconocimiento del otro. Y de reconocimiento no como tolerancia, porque la tolerancia esconde un aspecto racista: yo te tolero porque tengo la verdad y te dejo hablar. El ser humano exige la igualdad. El monoteísmo es antidemocrático”.
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«La base de nuestros problemas no es el islam como religión, es la visión monoteísta del mundo. El monoteísmo es antidemocrático»
Autor de una veintena de libros de poemas y de varios ensayos de literatura y política, Adonis tiene tanta fe en la poesía como poca en la religión. Una y otra, dice, están en los antípodas porque “la gran poesía siempre es laica. La poesía es la pluralidad, la unidad de los contrarios. Es lo opuesto a la religión incluso en términos históricos: en nuestra historia de musulmanes no ha habido ni un solo gran poeta que fuera creyente. Nunca”. ¿Ni los místicos? “Son un caso aparte”, responde un autor que ha dedicado a las relaciones entre sufismo y surrealismo una obra de referencia. “Cambiaron la noción de realidad y de Dios. Por eso se les rechazó. Para el monoteísmo Dios es una fuerza que dirige el mundo desde el exterior, para el misticismo es inmanente, forma parte del mundo. Dios es el mundo”.
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—¿Usted cree en Dios?
—No. Creo que en el mundo hay algo misterioso y que hay que estar atentos a ese misterio. De ahí la actitud de cuestionarse las cosas. Llame a eso como quiera, pero no soy creyente. Soy arreligioso. La religión es una ideología y toda ideología es falsa.
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—¿Y recuerda cuando era creyente?
—Sí. Mi padre lo era. Era agricultor, pero conocía bien la cultura clásica. Nunca me dijo haz esto, esto no lo hagas. Siempre me decía: “Decidir, hijo mío, es fácil. Todo lo que quiero de ti es que piensen bien, que vuelvas a pensar bien y que luego decidas”.
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—¿Y su madre?
—Era analfabeta. Era pura naturaleza, como un árbol, una fuente, una estrella.
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—¿En su casa se seguía la ley islámica?
—No. La ley estaba, pero yo nací en una comunidad chií, no suní. Era más abierta. La comprensión individual tenía su espacio. Las mujeres, por ejemplo, no usaban velo.
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—¿Usted está contra el velo?
—Totalmente.
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—¿Es una imposición o un derecho?
—No se trata de defender una cosa u otra, sino de principios. Uno puede incluso defender el mal. Si una mujer insiste en llevar el velo, que lo lleve, pero hay que decir que está mal. La belleza del ser humano no debe velarse.
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Cuenta Adonis que hasta su madre terminó llamándole así: Adonis. Su nombre civil es Alí Áhmed Said Ésber. No ha faltado quien diga que eligió un seudónimo “blasfemo”, por pagano, para provocar —“hay ignorantes en todas partes”—, pero la verdad es que acababa de leer la historia de ese mito griego cuando buscaba un alias para enviar sus poemas a una revista que siempre se los rechazaba. Acertó. La audacia parece haber marcado su vida. Nacido en 1930 Al Qassabin, una aldea del norte de Siria, con 13 años recitó un poema de su cosecha delante del presidente del país, de gira por la comarca. Cuando este le ofreció una recompensa, el muchacho respondió: “Ir a la escuela”. Siete décadas después, el escritor lo cuenta como si le hubiera pasado a otro, aunque recuerda con admiración la buena memoria de aquel niño: “Me sabía la poesía árabe completa, el Corán, todo. ¿Ahora? Se me ha ido olvidando. Hay que olvidar para crear. Uno de los problemas de los árabes es que viven en su memoria, no en la vida”.
Fiel a su carácter inquisitivo, el escritor aprovecha cualquier momento para criticar los males de su pueblo. Aunque la misma noción de pueblo le espanta: “Es una idea política interesada. Dentro de un pueblo hay miles. Un pueblo nunca permanece unido más que por ideas superficiales”. ¿Y la identidad? “Según la noción al uso, la identidad es una pertenencia en la que es central el pasado: de una familia, de una raza, de un pueblo… Para mí lo esencial es el individuo, aunque el individuo no se entiende sin el otro. No podemos imaginar a un ser que nace solo y vive solo. La identidad es una creación perpetua, una apertura, no una adquisición. No se hereda porque el ser humano es una proyección hacia el futuro: crea su identidad al crear su obra”.
Adonis afirma sin dudar que no tiene miedo de decir lo que dice, pero reconoce que lo tuvo. Por eso se marchó de Siria en 1956, después de pasar un año en la cárcel por criticar al régimen. “Pasaba como con el monoteísmo: un partido único [el Baaz] con una ideología laica, pero racista. Según la Constitución, el presidente de la República siria debe ser musulmán. Un partido verdaderamente laico no hace algo así”. Al salir de la cárcel se marchó a Líbano. Sin papeles, convertido en apátrida. En el país vecino había una rama de su familia —“en el fondo son el mismo país”— y no le fue difícil obtener la nacionalidad libanesa, que todavía conserva. Pasó veinte años sin poder volver a su pueblo. Por eso dice que nació tres veces: en Al Qassabin, en Beirut y en París. En Líbano nacieron sus dos hijas y él se convirtió en uno de los modernizadores de la poesía árabe abriéndola a la vanguardia universal y a formas como el poema en prosa y el verso libre.
Después de publicar títulos como Canciones de Mihyar el de Damasco o Libro de las huidas y mudanzas por los climas del día y de la noche, la invasión israelí de Líbano dio lugar al descarnado Libro del asedio. En 1985 se marchó a París: “No había nada que hacer en Beirut. Todo estaba destruido, incluida la universidad en la que era profesor de literatura”. En Francia ha seguido escribiendo poemarios ya clásicos en la literatura contemporánea como el monumental El Libro —la Ilíada de las letras árabes para algunos— o Historia que se desgarra en un cuerpo de mujer, una versión feminista, erótica y crítica de la leyenda de Agar, concubina de Abraham y madre de Ismael, padre mítico de los musulmanes. “Sí, es una versión antirreligiosa”, reconoce Adonis. “Un profeta que destierra a su mujer y a su hijo y los abandona en el desierto. ¡Un profeta! ¿Nadie se pregunta por qué?”.
Los integristas piden recurrentemente que se quemen sus libros. La última vez, hace unos meses en Argelia. Él lo sabe pero no calla: “No creo hacer mal a nadie. Expreso mis ideas. Si no, siento que no existo”. No duda siquiera cuando se le recuerda que se empieza quemando libros y se termina quemando escritores. O intentando quemarlos. Baste pensar en la fetua contra Salman Rushdie: “Lo de Rushdie fue más algo político que religioso, causado por una crítica suya a Jomeini. Su libro reproducía algo ya dicho. Mucha gente ha hablado más radicalmente que él y no ha pasado nada. ¿Que la mayoría de los que querían matarlo no lo habían leído? Eso es la ignorancia. Por eso digo que hoy el islam es una religión sin cultura. Rushdie tenía todo el derecho a hacer lo que hizo”. ¿Y los caricaturistas que dibujaron a Mahoma? “También. Pero hay que saber con quién se discute. No se habla igual a un niño que a un profesor. Los periodistas tienen derecho a dibujar lo que quieran, pero deberían tratar de no humillar a la gente. Si uno busca la verdad, debe estar a la altura de la verdad. Insultar es fácil, pero no sirve para nada”.
En unos días se concederá el Premio Nobel. Adonis figura en todas las quinielas desde hace años, pero, como era de esperar, él dice no pensar en eso. ¿En qué piensa? “En cómo escribir poesía. Y en cómo poetizar el mundo. Por eso hago collages, para prolongar la poetización del mundo. Sin poesía, el mundo se muere de frío, de cerrazón. Los tres pilares del universo son el amor, la amistad y la poesía. El resto es comercio”. Sabe de qué habla: vive rodeado de multinacionales. El barrio le gusta. El mundo, algo menos.
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Pistas para llegar a Adonis
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Zócalo. Traducción de Clara Janés. Vaso Roto. San Pedro Garza García (México) / Madrid (España), 2014. El próximo 6 de octubre se publica en español este último libro del poeta sirio. Lo escribió en 2012 a raíz de un viaje a México. El pasado prehispánico y figuras como Trotsky y Octavio Paz atraviesan un conjunto de poemas en prosa que a veces transportan al autor a su propio pasado mediterráneo.
Árbol de Oriente. Antología poética, 1957-2007. Edición de Federico Arbós. Visor. Madrid, 2010. Esta antología es la mejor puerta de entrada el universo de Adonis. Contiene una buena muestra de toda su obra y un completísimo prólogo de Arbós. “Bajo mis penas tengo una ciudad”, dice una línea de ‘Este es mi nombre’. Bajo las 450 páginas de este libro hay un mundo entero.
Epitafio para Nueva York. Traducción de Federico Arbós. Nórdica. Madrid, 2014. Publicado originalmente en 1971, otro viaje, esta vez a EEUU, dio lugar a un homenaje a Lorca y Walt Whitman. También a una dura crítica al militarismo estadounidense y al capitalismo simbolizado por Wall Street. En esta edición se le han sumado los poemas largos ‘Garganta de piel roja’ y ‘Paseo por Harlem’, escritos en los años 90.
Historia desgarrándose en cuerpo de mujer. Traducción de Rosa Isabel Martínez Lillo. Huerga y Fierro. Madrid, 2012. Poema polifónico que reelabora la leyenda de Agar, la esclava con la que Abraham tuvo a Ismael, padre mítico de los árabes. Madre e hijo terminaron expulsados de la casa del profeta. En sus versos, Adonis reivindica la dignidad de una mujer que se niega a ser “mitad útero y coito. / El resto, perfidia”.
Sufismo y surrealismo.Traducción de José Miguel Puerta Vílchez. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Guadarrama, 2008. ¿Qué pasaría si leyésemos a Rimbaud como si se tratara de un sufí oriental? Algo así hace Adonis, que subraya la revolución que, trascendiendo la mera literatura, supuso para nuestra visión de la realidad la obra de poetas y místicos.