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-Contra ese corte sé yo otro -respondió Sancho-, que no le va en zaga: cogeré yo un garrote, y, antes que vuestra merced llegue a despertarme la cólera, haré yo dormir a garrotazos de tal suerte la suya, que no despierte si no fuere en el otro mundo, en el cual se sabe que no soy yo hombre que me dejo manosear el rostro de nadie; y cada uno mire por el virote, aunque lo más acertado sería dejar dormir su cólera a cada uno, que no sabe nadie el alma de nadie, y tal suele venir por lana que vuelve tresquilado; y Dios bendijo la paz y maldijo las riñas, porque si un gato acosado, encerrado y apretado se vuelve en león, yo, que soy hombre, Dios sabe en lo que podré volverme; y así, desde ahora intimo a vuestra merced, señor escudero, que corra por su cuenta todo el mal y daño que de nuestra pendencia resultare.
-Está bien -replicó el del Bosque-. Amanecerá Dios y medraremos.
EL QUIJOTE XIV (Segunda parte, 1615)
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La noticia nos ha recordado el párrafo que antecede. Se nos antoja agridulce. Sin poner en duda la sinceridad y veracidad de cuanto dice el señor ministro, ocurre empero que la verdad es poliédrica, susceptible siempre de enfocarse desde otro prisma o faceta:
- «El texto no es apoyado por ninguno de los sectores implicados…«. Cada uno por su distinta y egoísta razón (sibi consulere, sua curare). Sin necesidad de ahondar en la herida, aun cuando todos los directamente implicados dicen defender el bien público, es lo cierto que cada cual mira por su virote. ¿Acaso tú, en su situación, habrías obrado de otro modo?
- Ruiz Gallardón, como en la época del Absolutismo, tal vez como en los tiempos de Justiniano o Alfonso X (por razón de prestigio, como símbolo y al tiempo acicate de su poder), habría pretendido dejar profunda huella en lo normativo, actuando «para el pueblo pero sin el pueblo». Su idea de partida no podía ser más ambiciosa: un cuerpo de élite para pilotar una revolución en la tradicional intelección de lo registral. Por ese camino, chi lo sà, acaso en un futuro no muy lejano, la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil se habría convertido en adalid de una profunda reforma de los múltiples registros, jurídicos y/o administrativos, existentes en España. ¿Catastro, Registro de la Propiedad y Civil, incluso Registro Mercantil… por qué no un Registro Único, informática y competencialmente compartimentado? Más aquí. ¿A nivel español o europeo? Más todavía, ¿será algún día posible garantizar la unidad de criterio en la calificación/registración?
Bien entendido que nadie, en su sano juicio, daría a un mono una navaja. El problema no radicaría en el instrumento, abiertamente útil para la finalidad a que habría de servir, sino en el encargado de utilizarlo. Pues bien, ¡ tanta, y tan fundada, es la desconfianza que éste genera ! No nos referimos, ni siquiera principalmente, a los Registradores Mercantiles. Más aquí.
- El pacifismo democrático (más aquí), las presiones de uno y otro grupo, todo un magma de intereses creados, probablemente la soberbia y sobrevaloración de las propias fuerzas, al final, pudieron más… de momento. Todo apunta a que la semilla está sembrada y que, más tarde que temprano, germinará y terminará dando fruto. El Catastro y -más solapadamente- la Unificación de Doctrina Tributaria han demostrado que funcionamientos hasta hace poco inconcebibles son posibles, ¿generalizables? Más aquí. Antes o después los diferentes interlocutores en liza habrán de entender que el cortoplacismo, el simple marketing sin auténtico plusvalor, carece de futuro. Nuestro porvenir, también el de nuestros hijos, nos deja a todos emplazados.
Difícilmente sin el aparato de poder ideado por el Absolutismo (la Burocracia), la Democracia -tras la Revolución de 1789- hubiera podido consolidarse: el aparato no desapareció, simplemente cambió de manos. Y bien, todo apunta a que el esfuerzo -la aplicación informática- ya está hecho.
Probablemente el señor Catalá, como el personal por él designado para acompañarle en esta etapa (más aquí), no hagan sino cumplir la misión que les fue encomendada: calmar ánimos y, sin generar ruido, hacer lo posible. Esperar más habría resultado impropio. Ahora sí acaso fluyan otras reformas menos «sonadas», como la de Jurisdicción Voluntaria. A cambio de la retirada de que ahora damos cuenta, con puntuales matices, podría así haberse pactado.
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Carlota Guindal | 24.04.2015
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El ministro de Justicia acaba de anunciar que deja aparcada la reforma del Registro Civil una vez que se ha dado cuenta de que el texto no es apoyado por ninguno de los sectores implicados
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El ministro de Justicia acaba de tirar por tierra la última reforma ‘estrella’ planteada por su antecesor, Alberto Ruiz Gallardón, dejando la gestión de éste en entredicho. Rafael Catalá acaba de anunciar que deja aparcada la reforma del Registro Civil una vez que se ha dado cuenta de que el texto no es apoyado por ninguno de los sectores implicados. “Sería absurdo que el Gobierno se empeñase en llevar a delante una reforma que no tenga los apoyos mínimos necesarios”.
Estaba previsto que se aprobara el anteproyecto el próximo 15 de julio pero Catalá ya ha anunciado que no va a fijar ningún nuevo plazo hasta que se reúna con todos los afectados, como sindicatos, comunidades autónomas, partidos políticos y registradores. El ministro lo ha dejado claro: “Vamos a buscar un modelo que nos satisfaga a todos”.
No solo se aplaza la reforma sino que se plantea incluso redefinir el modelo, aunque a día de hoy todavía nadie le ha presentado una propuesta distinta. Aunque Catalá ha asegurado que no va a mantener las negociaciones sine die;el tiempo que resta para el final de la legislatura es limitado, teniendo en cuenta la época de vacaciones intermedia.
Catalá ha defendido esta reforma desde que llegó al Ministerio pero se ha encontrado con la falta de consenso entre los distintos sectores y el malestar generado entre los funcionarios de Justicia. La intención de la reforma era que el Registro Civil, controlado por la Administración de Justicia, pasara a manos de los registradores mercantiles y de la Propiedad, que a pesar de ser trabajadores públicos, tras aprobar una oposición, no dependen de la Administración.
Los funcionarios de Justicia han mostrado su malestar porque en el caso de haberse aprobado la reforma, el Registro Civil dejaría de ser competencia de la Administración de Justicia. Los funcionarios no iban a ser despedidos sino reubicados, provocando la reducción de la oferta pública en los tribunales.
Esta decisión anunciada hoy por Catalá deja en evidencia la mala gestión de Ruiz Gallardón, cuyas principales reformas han fracasado. Nada más llegar su sucesor al Ministerio, se anunció la retirada del proyecto de la ley del aborto y la retirada de las tasas judiciales, que había provocado una auténtica rebelión tanto en la propia Administración como de los abogados y ciudadanos.
Estas dos leyes habían sido las más polémicas en la época de Gallardón, aunque Catalá también optó por meter la tijera en otras reformas. En la Ley Orgánica del Poder Judicial se optó por retirar la idea de que pudieran instruir tres jueces las causas especialmente complejas. Catalá enterró ese proyecto y anunció uno nuevo que empezará el trámite desde cero, es decir, volviendo a recabar informes. Sobre la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Gallardón elaboró un borrador de Código Penal Procesal en el que se preveía la instrucción por parte de los fiscales pero que nunca llegó a ver la luz.
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Fuente: elconfidencial.com