.
«Católico y muy creyente», regresó a Asturias después de ejercer su trabajo en Cantabria y Málaga. Nuestro pésame a sus allegados.
Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén… Una generación se va y la otra viene, y la tierra siempre permanece.
TODO TIENE SU TIEMPO –Eclesiastés–
.
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;
y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.
He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.
Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.
El jurista ovetense, de 88 años, publicó numerosos compendios sobre la legítima o la subrogación real, y trabajó en Asturias, Cantabria y Málaga
23.07.2014 | E. VÉLEZ
El notario ovetense Alfredo García-Bernardo Landeta falleció ayer a los 88 años. Reconocido jurista y autor de numerosas publicaciones destacó entre sus colegas de profesión por ser «un enamorado del Derecho» que, pese a haberse jubilado a los 75 años, permaneció hasta el final en contacto con su profesión como asesor de despachos de abogados para la elaboración de dictámenes y en la redacción de compendios jurídicos. Casado con María Rosa Pendás García, era padre de cinco hijas; María Rosa, María del Rosario, Beatriz, Cristina e Isabel (cuatro de las cuales siguieron su estela al estudiar Derecho) y tenía como hijos políticos a dos jueces asturianos; Pablo Martínez-Hombre Guillén, titular del Juzgado de Instrucción de primera instancia, número 10, y Javier Antón Guijarro, magistrado de la Sección Primera de la Audiencia Provincial.
García-Bernardo fue premio extraordinario de su promoción en la Universidad de Oviedo al obtener matrículas de honor y dos sobresalientes. Tras aprobar la oposición a Notarías, tuvo como primer lugar de trabajo Belmonte de Miranda, donde comenzó a distinguirse por ser un profesional estrechamente ligado a los aspectos formales de la profesión. Así, según el magistrado de la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), Ángel Aznárez, «fue un gran estudioso, muy minucioso en el ejercicio de la profesión y peculiar». Años más tarde, García-Bernardo estuvo destinado en Cangas de Onís, Torrelavega Gijón y Marbella. Precisamente, en Andalucía, le hicieron miembro de la Academia de Jurisprudencia de Granada por su dilatada trayectoria, en la que supo conjugar la notaría con la escritura.
En 1964, publicó uno de sus libros más destacados sobre la legítima en el Código Civil, al que siguieron otros muchos sobre las viviendas de arrendamiento de protección oficial o la subrogación real, entre otros temas.
El funeral por García-Bernardo se celebra hoy en la iglesia de San Juan El Real.
Fuente: lne.es
