.
QuijoteEl artículo apenas presenta dificultades de comprensión, dada la similitud semántica y estructural de ambas lenguas, español y catalán; de ahí también que su traducción mediante Google Translator no plantee problema alguno. Nos da pie a las reflexiones que siguen.

 

__ Heribert Illig, en «La ficción de la Edad Media», sugiere que acaso la época que abarca desde septiembre del año 614 hasta agosto de 911 jamás existió. La documentación de que disponemos sobre este periodo es exigua. Solo la figura de Carlomagno destacada en él. Se trataría de un personaje inventado (tan apócrifo como la Donación de Constantino, que proveyó de base legal a la futura formación de los Estados Pontificios), tomando como base leyendas populares, por falsarios al servicio de la idea -y hegemonía- imperial de Otón III y luego de Federico I Barbarroja.

Así las cosas, la capilla de Carlomagno en Aquisgrán habría sido construida en realidad por Enrique IV (el emperador que dio pie a la Querella de las Investiduras -Canossa, 1077-). 

A diferencia de lo ocurrido con el documento que supuestamente recogía la donación de Constantino, es muy poco probable que algún día pueda definitivamente confirmarse la existencia o no -con la importancia que se le atribuye- de Carlomagno. Entretanto, y dado que prácticamente cualquier tesis resulta defendible, ¿apostarías por la catalanidad de Colón y/o Cervantes? Cada uno es muy libre de a qué caballo apostar. Sea como fuere, existiendo intereses de por medio, es muy probable que prevalezca la tesis que más convenga a quienes mayor peso político en cada momento tengan. Y bien, de nuevo, ¿apostarías por un vuelco en la tesis hasta la fecha aceptada -en esta cuestión- por la «communis opinio«?  

.
__ El Sacro Imperio Romano Germánico contaba con aproximadamente 1.800 de territorios en mayor o menor medida «autonómicos», de los cuales aproximadamente unos 300 (las estimaciones varían según el tiempo y los autores) constituirían lo que hoy denominamos propiamente estados. La Paz de Lunéville, luego la Confederación del Rin napoleónica (1806) y por último la Confederación Alemana (Deutscher Bund, surgida del Congreso de Viena -1815-) que la sustituyó, pergeñaron la moderna Alemania.

Nach dem Frieden von Lunéville begann eine tiefgreifende Neuordnung der Staatenwelt in Mitteleuropa. Durch den Reichsdeputationshauptschluss von 1803 kam es zu einer radikalen Umgestaltung im Heiligen Römischen Reich. 112 kleinere Reichsstände gingen in anderen Staaten auf… Fast alle geistlichen Territorien wurden dabei säkularisiert. Die meisten ehemaligen freien Reichsstädte und zahlreiche Reichsritter wurden mediatisiert… Das Verschwinden der Reichsritter und der geistlichen Territorien bedeutete, dass der Kaiser seine wichtigsten Stützen verlor. Das Ende des Reiches war seither absehbar. Franz II. hatte 1804 den Titel eines Kaisers von Österreich angenommen, um dem absehbaren Statusverlust zuvorzukommen.

Esta máxima fragmentación territorial/estatal (Kleinstaaterei), particularmente a resultas de la Guerra de los 30 Años (1618-1648), continua aún hoy en día gozando de excelente reputación en Alemania -ciertamente, en un sector minoritario- por su carácter beneficioso para un desarrollo económico y cultural vario, desconcentrado.

Heute… kann die Einschätzung des Mainzer Neuzeitexperten Peter C. Hartmann als typisch gelten: «Das Heilige Römische Reich wird von nicht wenigen Neuhistorikern heute wesentlich positiver bewertet.» Er selbst hebt die «konfessionelle, ethnische und sprachliche Vielfalt», die «kulturelle Blüte und Diversität» und die «durchaus fruchtbare wirtschaftliche Konkurrenz sowie regionale Strukturen» hervor («Kulturelle Blüte und Diversität», más aquí)

Al revés, la fragmentación europea en estados es en ocasiones percibida de manera peyorativa.

A la vista de lo que antecede, alguno se preguntará si acaso no ya los estados sino las propias autonomías no habrían de ser vistas como elementos opresores, fruto del egoísmo y patrimonialización por parte de la metrópoli de turno de cuanto en realidad habría de pertenecer de manera distribuida y pro diviso a los diversos territorios que la componen.

El concepto «nación» no gozaría de correspondencia biunívoca con el concepto «Estado» (Reino Unido). Los estados modernos de la Paz de Augsburgo (1555), en gran medida precursora y causa de la posterior Paz de Westfalia (1648), habrían tenido poco o nada que ver con la nación -frecuentemente más instrumento y consecuencia que causa de su aparición- y sí mucho con la ambición de poder del príncipe de turno, aparte de con la religión.

«En la maduración del estado moderno, comenzada en las postrimerías de la Edad Media, fue admitido como verdad absoluta el principio que identifica comunidad política con religión. El de nuestros días le identifica con la aconfesionalidad que es su contraria. Ese principio fue formulado años más tarde por Martín Lutero con la fórmula cuius regio eius religio que daba a los príncipes poder para imponer a sus súbditos el sistema de creencias que le parecía preferible. Los Reyes Católicos lo hubieran enunciado de otro modo –cuius religio eius regio-, porque entendían que el príncipe estaba al servicio de la religión del reino. En una u otra forma se entendía que sin esa identidad era imposible lograr el sometimiento de todos los súbditos a una misma norma objetiva de moral. De este modo la convivencia entre religiones diferentes se consideraba un obstáculo insalvable para la garantía del orden político… A finales del siglo XV la identificación entre religión y comunidad política era presentada como un signo de progreso«. ( Luis Suárez, El legado material hispanojudío)

Todavía más, el mismísimo Goethe, pese a su admiración por Napoleón, no habría deseado un estado nacional alemán unificado («Goethe wollte keinen vereinten Nationalstaat«, ver aquí).

Finstere Zeiten also? Grund genug für die Dichter und Denker, vom einigen Nationalstaat zu träumen? Wer hier auf den Zeitgenossen und Weltbürger Goethe hätte setzen wollen, wäre enttäuscht worden: «Zur Nation euch zu bilden, ihr hoffet es, Deutsche, vergebens; bildet, ihr könnt es, dafür freier zu Menschen euch aus», sagte er dazu.

Nun war Goethe treuer Beamter seines Landesherrn in Weimar und wollte womöglich dessen Souveränität nicht infrage stellen. Doch auch seinem Dichterfreund Friedrich Schiller galt die nationale Einheit wenig: «Stürzte auch in Kriegesflammen Deutschlands Kaiserreich zusammen, Deutsche Größe bleibt bestehen.» Goethe und Schiller blieben in ihrem patriotischen Sturm und Drang zurück hinter dem später geborenen Helmut Kohl.

.

__ En tiempos anteriores a su colonización por Europa, en Africa existían más de diez mil «países», entre pequeños reinos, federaciones y comunidades tribales. En la Conferencia de Berlín, Europa -liderada por Bismarck- no dividió Africa sino que la agrupó (Ronald Oliver, African Experience, New York, 1991): «Brutal y devastadora, pero ¡fue una unificación! El número diez mil se redujo a cincuenta»… eso sí, colonias (no estados). Y bien, aquí como antes en la formación de nuestros primigenios estados europeos, ¿acaso dejó de prevalecer el interés y la fuerza de quienes impusieron tal unificación? Por lo demás, si tan irreal resulta, ¿quién y por qué la mantiene?

Asociar nacimiento de los estados modernos con democracia es manifiestamente ucrónico. De la misma manera que existe no una sola vía -la democrática- para la modernización sino tres, en todo caso pasando por una una revolución -«a revolutionary break with the past»: la vía parlamentaria liberal («no bourgeoisie, no democracy»-Inglaterra, Francia y EEUU-, vía una revolución burguesa), la vía autoritaria -fascista- («revolution from above» -Japón y Alemania-) y la vía comunista -«revolution from below», China- (Barrington Moore Jr, Social Origins of Dictatorship and Democracy).

La India, admite Barrington, parece suponer un desafio a su modelo de desarrollo tridimensional. En una sociedad sumamente tradicional y desigual se habría instaurado una democracia formal. Ahora bien, sin la existencia de una revolución burguesa ni tampoco de una modernización impuesta desde arriba ni de una revolución campesina, ¿un cuarto modelo de modernización?

El escaso peso de la burguesía alumbró en España más una ilusión que una realidad (Constitución de 1812) y produjo sus frutos tarde -durante el periodo isabelino- y mal -por su mezcolanza ya con los de otro tipo de movimientos, Sexenio Revolucionario-.

El mundo musulmán, suponiendo cierta la tesis de Barrington, ¿cómo habría de prosperar sino tras una revolución? En Francia, además, a 1789 precedió un despotismo ilustrado («todo para el pueblo pero sin el pueblo»). Sin infraestructura (burocracia), burguesía ni andamiaje en las que apoyar toda una nueva obra, ¿cómo progresar entonces? Así las cosas, dudan algunos, el modelo democrático, ¿el más adecuado a unas condiciones de tal manera predispuestas?

A la vista de tan escasa legitimidad democrática en el origen, tratándose del mantenimiento / modificación de los estados, ¿no habría de resultar más democrático preguntar a tal fin también a quienes otrora formaran parte de la misma unidad territorial e incluso a sus limítrofes? La lengua, como antaño la religión, no resultarían determinantes: serían un posterius -cuius regio, eius lingua-.

.

 __ Puede que la solución a todo este embrollo pase por una renuncia al cortoplacismo, a la estrechez de miras (más aquí). Se trataría de reducir a poderes de segundo orden formas de organización hoy en día cuasi omnipotentes, «soberanas». Carl Schmitt, anticipándose a su tiempo, advertía que el universo constituye en realidad un pluriverso, antes de estados, hoy de zonas de influencia (Pluriversum von Großräumen, más aquí):

  • El acento principal habría en breve de trasladarse a Europa, en detrimento de nacionalidades y otros particularismos. ¡ Como en los tiempos del Imperio !
  • Una banca europea, una historia de Europa (en la que las guerras entre países serían explicadas -ciertamente con relativa ucronía- como guerras civiles, fratricidas), una lengua de intercambio única (sin perjuicio de la lengua particular de cada territorio, para uso exclusivamente localista), un nuevo Ius Commune (ver aquí; en ocasiones opcional-un caso particular aquí-, en otras consensuado por unanimidad siquiera sea entre unos pocos estados miembros -art. 20 TUE, un concreta propuesta en este sentido aquí– y en otras imponiendo tan solo una coordinación coordinación meramente formal -leyes parametrizadas, objeto de un único registro y con diferencias estandarizadas, de manera que su comparación sea fácil, inmediata-)….

Y ello no por voluntarismo político o filantropía sino por pura supervivencia económica, también de nuestro modelo cultural, en abierta competencia con otros igualmente válidos y de partida más cohesionados:

  • La libertad -el individuo- es la base de nuestra ordenación social occidental. Hasta el punto excelso de la autocrítica; lo que implica la aceptación de la duda, de la evolución via relativa tolerancia de la contravención. Pero también, forzoso es reconocerlo, libertad en ocasiones objeto de abuso -lo que la hace fácil blanco de crítica y aún de burla por parte de quienes no la reconocen como valor esencial-.
  • Pero hay otros entendimientos, vg. el religioso (capaz, «por tu propio bien», de coartar tu libertad, para impedir que caigas en el libertinaje -y así de paso impedir que corrompas a tu grupo social allegado-) y la concepción igualitaria de la colectividad (que sacrifica y pospone cualesquiera hipotéticos derechos individuales al «bien común«). Como cualquier ideología que se precie, también estas otras son capaces de fidelizar suficientemente a sus miembros (cada civilización produce sus propios héroes, normalmente en la fragua del combate contra el competidor ideológico), con el resultado de que cada cual, dentro de su particular universo, se encuentra cómodo, integrado; y lo postula como «el mejor» -o cuando menos, como el menos malo- (más aquí).Vistas así las cosas, las diferencias internas entre europeos resultan mínimas (más aquí).     

  

 

En Jordi Vilarrodà del diari El 9 Nou, entrevista En Jordi Bilbeny sobre la seva recerca històrica

 

.

img_130116220907245Jordi Vilarrodà – 30-01-2013

 

No li agrada definir-se com a historiador, sinó com a escriptor i investigador. Però Jordi Bilbeny (Arenys de Mar, 1961), llicenciat en Filologia, porta anys dedicat en cos i ànima a qüestionar veritats històriques considerades inamovibles. És coneguda la seva tesi sobre la catalanitat de Cristòfor Colom, exposada en llibres com La descoberta catalana d’Amèrica: una reflexió sobre la manipulació de la Història (1999) o Cristòfor Colom, príncep de Catalunya (2006). També ha defensat la catalanitat de Cervantes o de l’autor anònim del Lazarillo de Tormes que podria haver estat el valencià Joan Timoneda. Considera que des de Castella s’ha manipulat la història per esborrar els rastres deixats per la Corona d’Aragó.

L’Assemblea Nacional Catalana (ANC) de Santa Eugènia va convidar Jordi Bilbeny a explicar les seves teories sobre la manipulació de la història en una conferència que va omplir la sala d’actes de l’Ajuntament, el passat dia 13 de desembre. El seu proper objectiu és demostrar les vinculacions de Leonardo da Vinci amb Catalunya…
.

La història de Catalunya ha estat especialment manipulada?
La de Catalunya i la història en general. Si una cosa és inherent al discurs històric, és la censura. Això ja passava amb els grecs, amb la Roma imperial, amb els orígens del cristianisme, amb la construcció de qualsevol estat modern… i com que Catalunya participa d’aquesta, també s’hi ha trobat. Una cosa és la història, els fets pelats, i l’altra és com expliquem aquests fets.

El tòpic diu que la història l’escriuen els vencedors…
Una màxima repetidíssima! Però si és així, quan ha pogut construir la seva història Catalunya? I en tot cas, quina història ens han fet? Quin vestit ens han posat, i no sabem ni tan sols que el portem? En alguns moments, sembla com si la Guerra Civil o la dictadura de Primo de Rivera no haguessin existit… aleshores, qui ha construït la nostra història? Estem tan acostumats a la distorsió i la mentida que la gent pot pensar que ja tenen una categoria sagrada. La mentida és la mentida, i la veritat és la veritat, en funció de quanta gent la cregui o la proclami.

Després de Colom, vostè ens ha dit que Cervantes també era català. Ho era?
N’estic convençut. Una de les moltes raons per les quals ho crec és la seva línia política: se’n fot del rei i dels hidalgos castellans, el seu heroi de carn i ossos és un terrorista…

Quin terrorista?
El bandoler Perot de Rocaguinarda. Amb noms i cognoms, i li dedica els elogis més sincers del Quixot! En aquell moment, no era un personatge de  novel·la: en aquella època el seu cap tenia un preu, atemptava contra les estructures (i les persones!) que representaven la monarquia… o sigui, que era un terrorista de l’època. Per tant, Cervantes què fa? Defensa el rei o els que lluiten contra ell? El Quixot és boig, però Cervantes no: utilitza uns mecanismes per atacar uns personatges i lloar-ne uns altres.

De fet, també parla de Barcelona amb admiració…
Està admès que Servent –Cervantes– tenia casa a Barcelona, i segons Martí de Riquer, alguns capítols del Quixot són escrits des d’aquest lloc, a l’actual passeig de Colom, amb una finestra que donava a la platja. Per això pot descriure a la perfecció quan la galera de la Generalitat surt a perseguir unes naus turques. Diu fins i tot qui capitaneja les naus, que són personatges reals.

El Quixot hauria estat escrit en català? Això ja costa més de creure…
Escrit en català i traduït al castellà. Podem fer un estudi rigorós d’això? Tenim la traducció de Tirant lo Blanc al castellà… és més, si al segle XIX no haguessin aparegut les edicions catalanes de València i de Barcelona, avui dia pensaríem que el Tirant era una novel·la castellana. Martí de Riquer i altres estudiosos han analitzat aquestes versions castellanes i hi han detectat expressions que són errors, errors de traducció. Doncs en el Quixot hi apareixen els mateixos errors! Això em permet dir, amb un alt grau de versemblança científica, que el Quixot seria la traducció d’una obra catalana perduda. De fet, sabem que l’edició de Barcelona del Quixot es va perdre. Segurament aquesta, o alguna d’anterior, seria la catalana.

S’ha referit a Cervantes com a Servent. Seria aquest el seu nom, segons vostè?
Sí, i puc dir qui, de la família Servent. Dins d’aquesta família, que és d’Alacant, no sabia qui podia ser l’autor del Quixot, però fa uns anys, furgant en arxius de València, vaig trobar un cronista que en parla. Els va enumerant i parlant d’un Joan Miquel Servent que «ha florit recentment», és a dir, a finals del segle XVI. L’expressió vol dir que ha florit en la seva creació.

I ara Leonardo da Vinci… què pot tenir a veure amb Catalunya?
Hi ha relacions ja estudides. No cal ser un gran erudit per veure que als quadres de Leonardo –des de la Gioconda fins d’altres menys coneguts com els Còdexs de Windsor– hi ha unes muntanyes que recorden Montserrat, generalment amb una marededéu. Igual que quan es dibuixen o pinten aquí.

Seria un italià que va venir aquí o un català que va anar a Itàlia?
Jo advoco perquè són una família de catalans d’aquí, també del Regne de València però emparentats i relacionats al Principat que s’instal·len a Itàlia. Ell en seria un dels descendents.

I el cas de Colom?
No és que jo sigui l’únic que ho hagi vist. Portem més de cent anys amb autors que ho van dient. Això sense comptar la tradició oral: a principis del segle XX, Joan Amades ja diu que ha preguntat a gent gran de Barcelona d’on creuen que podia ser Colom i tothom li diu que és de Barcelona. Els meus estudis també porten a afirmar que era barceloní, d’una família noble, germà del president de la Generalitat Francesc Colom i Bertran, home de confiança del rei Pere IV… gent molt ben situada en la noblesa catalana. A hores d’ara qui no cregui que Colom és català és que no s’ho vol creure, perquè hi ha informació molt notòria. I hi ha autors nord-americans, com Merryll, que també ho defensen.

 

.

Fuente: http://www.inh.cat/articles/-El-Quixot-es-la-traduccio-d-una-obra-catalana-d-en-Joan-Miquel-Servent-

 

Next Post

Login to your account below

Fill the forms bellow to register

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.